En 16 jornadas de todo el torneo, el León no logró meterse entre los ocho mejores; de hecho, difícilmente le alcanzó para estar entre los mejores 15. El último lugar de la tabla general fue su hogar, y no, no fue contra Chivas y por una falta inventada marcada como penal la que sacó a la Fiera de la zona de calificación. Aún y cuando el León le hubiera ganado al Rebaño, no estaría en zona de liguilla.
No le alcanzó el futbol, no le alcanzan los puntos y no le alcanzan los goles.
La calificación a la Liguilla sigue estando a punto de milagro. Ganar y esperar resultados. Y si bien es cierto ésto es algo que ya han hecho antes y hasta títulos han logrado de esa manera, también es cierto que están lejos del nivel de juego de aquel equipo histórico del Bicampeonato.
La molestia no debe ser por el partido fatídico, sino por toda una temporada para el olvido, en la que no hay nada que recordarle: lesionados, indisciplinas, más lesionados y un entrenador que mostró estar perdido en el manejo del grupo.
En su paso por el León, Torrente ha pasado de las cábalas que lo llevaron de la mano de una camisa a las semifinales, hasta llegar a la pobreza estratégica que tiene al León con 20 puntos y con un torneo para el olvido.
Antes de sacar conclusiones, preguntemos a ambas partes qué motiva a dar continuidad.
Preguntémosle a la directiva, pero también hagámoslo con el entrenador.
¿Por qué quiere seguir Torrente al frente del León?, ¿cuál es su principal argumento para pensar en seguir en el León?, ¿siente el respaldo de afición y jugadores?, ¿por qué seguir trabajando en un equipo donde hay tantos lesionados por torneo?
¿Qué ve la directiva del León en el actual entrenador?, ¿cuál es la expectativa para el trabajo de Torrente?, ¿cuáles son los parámetros para la evaluación del entrenador?, ¿qué le exigirán?
De quedarse, ¿qué Torrente veremos?, ¿qué Torrente esperar? Hasta ahora sólo conozco al de las cábalas y al que no pudo liderar a uno de los mejores planteles de toda la Liga.
León, sorpréndeme.
Twitter: @pacovela