Patricia Rivas Gómez de 42 años, habitante de la comunidad del Coecillo, en Irapuato, es una de las “beneficiarias”, demandada ante la Procuraduría General de la República (PGR) por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), por no comprobar que le llegó el apoyo en especie para un ciber café, aún y cuando el negocio está ya funcionando en su casa con el equipo comprado con el apoyo de la dependencia.

Sin embargo, de acuerdo con Patricia, cuando Sedesol México le hizo una visita para comprobar que el apoyo estaba aplicado, se dieron cuenta que había irregularidades, como: que no se compró todo lo que debió comprarse con el apoyo, que la factura de la compra es apócrifa, que ante el SAT sólo se comprobaron 5 mil pesos en vez de 54 mil, y que el monto no coincidía con lo adquirido.

Ahora, Patricia se encuentra dentro de la lista de “beneficiarias” que recibieron estos apoyos entre el 2013 y 2014 por parte de Sedesol, cuando Claudia Navarrete Aldaco era delegada de la dependencia en la entidad. Además contó, no es la única, pues aseguró que por lo menos hay otras 200 personas de diferentes municipios que fueron engañadas de la misma manera, y la mayoría son personas de escasos recursos, amas de casa, personas de la tercera edad y de comunidades que ahora están demandadas por Sedesol y les piden regresar el dinero, cuando muchas ni siquiera lo recibieron, ni en especie y menos en efectivo.

En días pasados, el área de Comunicación Social de la PGR, delegación Guanajuato, dio a conocer que se lograron 5 acuerdos reparatorios por 28 mil pesos entre los beneficiados denunciados y Sedesol, aunque sólo del caso de Rivas Gómez, se deberían reintegrar 54 mil pesos.

Rivas Gómez señala que son millones de pesos los que no se justificaron, de más de 200 guanajuatenses embaucados por diferentes operadores del PRI en el estado.

 

La historia

Su padre le recomendó acudir a la casa de campaña de Gerardo Zavala Procell, en 2014, cuando el priísta contendía por la alcaldía de Irapuato, desde donde consiguió contectarse con Claudia Razo Villafaña, quien en ese momento representaba a la Asociación Mujeres en Movimiento por México, del PRI, y quien es secretaria de Gestión del Comité Directivo (CDM) del PRI, en Irapuato.

“A nosotros nos mandaron de la casa de Gestión de Gerardo con Claudia Razo(…). Todo empezó  en abril del 2014, pero el proyecto duró 4 meses en darse (…) nos hablaba (Claudia Razo) por teléfono y nos decía que teníamos que firmar documentos, y como siempre decía “Sedesol”, pues lo firmábamos sin problema, no pensamos que nos jugarían chueco”, recordó.

En el transcurso de la gestión, Rivas Gómez contó que Razo Villafaña le pidió que depositara 6 mil pesos en la Caja Popular, así como a varias conocidas de Patricia, donde comenzó a desconfiar de la gestora de este recurso.

“Me marcó como a los 2 ó 3 días, me dijo ‘Paty por qué te desanimas, acuérdate que te va a tocar lo del local, ese dinero es para ti misma’, me dijo que el proyecto iba a llegar en especie”, indicó.

Fue en agosto del 2014 cuando Razo Villafaña llamó a Rivas Gómez, para decirle que estaba listo el recurso para arrancar su ciber café, debiendo recoger su cheque en la comunidad de Cuarta Brigada.

 

Elige Gestora a los proveedores

El mismo día que Patricia recibió el cheque de Sedesol para iniciar su negocio, Razo Villafaña la llevó junto con otras beneficiarias a una sucursal de Banorte, para aperturar su cuenta en este banco y poder retirar el dinero que les correspondía para cada proyecto.

Patricia recuerda que no pudo retirar los 54 mil pesos en el primer intento, retirando 3 mil pesos en cajero para activar la cuenta y 20 mil pesos en ventanilla; con el dinero en mano, Razo Villafaña llevo a Rivas Gómez con el proveedor que ya tenía elegido.
Al día siguiente Claudia Razo le llamó para que retiraran el resto y pudieran llevarlo al mismo proveedor.

“Mi carta cotización, que me pedían para solicitar el recurso, la hice en Famsa, pero la licenciada (Razo Villafaña) no me permitió comprar ahí, ella nos dijo que sacáramos esa carta, pero a la mera hora compramos donde ella nos llevó”, explicó.

Siberia Margarita Abad Bravo, de la empresa Ke Mueble en Irapuato, fue la persona que generó la factura que se presentó ante la Sedesol para comprobar el gasto de las computadoras y otro equipo que recibió Patricia Rivas, empresa que ya no se encuentra en actividades, documento que resultó ser apócrifa.

“Checaron la factura en Guanajuato y me mandaron a hablar, porque en el SAT estaba registrada nada más por 5 mil y tantos pesos y no por los 54 mil”, detalló.

 

Recibe visita de Sedesol

En noviembre del 2014, Patricia Rivas recibió la visita de personal de Sedesol, tanto de oficinas de México como de Guanajuato, funcionarios que revisaron y tomaron fotografías de su ciber café, dando cuenta en oficio de que faltaban productos con los que no contaba su negocio.

“Vinieron y tomaron fotos, se llevaron evidencias y me mandaron a hablar de Guanajuato, que yo no compré equipos y que no había evidencias de nada, yo les dije que tomaron fotos, pero dijeron que no, que no existía nada”, recordó.

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