El Día de las Madres estuvo lleno de contrastes, por un lado de alegría para quienes pudieron celebrar a mamá en casa o en otro sitio, mientras que otros la pasaron con tristeza en los panteones.
Los festejos comenzaron desde la madrugada. En varias calles se escuchaban serenatas o jóvenes cantando las tradicionales ‘Mañanitas’ a sus ‘jefecitas’.
Grupos de hasta 10 jóvenes recorrieron las calles para llevar el regalo a las mamás en su día, entonaban la canción y posteriormente lanzaban porras a la festejada y le pedían a gritos que salieran para que recibiera el abrazo de toda la comitiva que acompañaba a sus hijos.

Más información en su edición impresa Al Día La Piedad.

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