Después de 8 meses en reclusión, quedaron en libertad los cuatro ex policías que fueron acusados de presuntamente asesinar a golpes a un detenido en septiembre del 2016.
Sus abogados y peritos comprobaron a un juez de oralidad que las lesiones provocadas al detenido no le causaron la muerte, sino la negligencia del médico de los separos que no lo quiso atender.
Julio Ledezma, conocido defensor de policías, en conjunto con los abogados Jorge López, Jesús Bermúdez y Óscar Ramírez se unieron para defender a los ex preventivos Manuel Alejandro Jiménez Luna, Óscar Misael Cabrera Escobedo, Ángel Pablo Ramírez y Juan Ricardo Álvarez Lozano.
Los defensores particulares tuvieron conocimiento de la carpeta de investigación, días después de que los inculpados fueron vinculados a proceso por el delito de homicidio.
Los policías llamaron a Julio Ledezma, pues es conocido por defender a policías involucrados en presuntos delitos.
El 16 de septiembre, los 4 ex policías fueron llevados ante un juez de oralidad y al día siguiente con las pruebas expuestas por el Ministerio Público, la juez decretó vincularlos a proceso y permanecieron recluidos por 8 meses.
Tiempo que sus abogados aprovecharon para solicitar peritajes; además de que Ledezma también es criminólogo y se avocó al análisis de las entrevista, localización de testigos e inspecciones del lugar.
Pidió el apoyo de peritos que obtuvieron las pruebas que ayudaron a la liberación de los inculpados.
La mañana del viernes los ex policías regresaron a una sala de oralidad donde con asesoría de los abogados, solicitaron la resolución de su situación con el procedimiento abreviado, etapa en la que los imputados deben confesar ante el juez que sí cometieron el delito a cambio de un beneficio.
Sin embargo, los abogados expusieron dos peritajes que arrojaron que los golpes no ocasionaron la muerte de Alejandro Maldonado, sino la negligencia de Wendy Chávez Inocencio, doctora que se negó a revisar al detenido cuando llegó a los separos de la Central de Policía Poniente.
“Las lesiones que recibió no fueron graves, sino las mismas ocasionaron la muerte por no ser atendidas, la víctima era alcohólico crónico y generó cirrosis la cual impide coagular la sangre de manera eficiente y ante cualquier herida o golpe comienzan a desangrarse”, reveló la defensa a la juez.
Esa prueba fue suficiente para que la juez aceptara la reclasificación del delito de homicidio calificado por lesiones graves.
Ahora los policías no pasarán 35 años en prisión, sino 3 y que aceptaron cumplir haciendo servicio a la comunidad, además de no volver a alguna corporación de seguridad pública.

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