Universidades particulares del país promueven su oferta educativa para que los jóvenes deportados de Estados Unidos, llamados dreamers, continúen sus estudios en México.
Las modificaciones de Ley General de la Educación y el Acuerdo 86 de la Secretaria de Educación dan a las autoridades de universidades privadas a hacer revalidaciones y convalidaciones.
Aunque no es un tema sencillo, reconoció el Secretario General de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (Fimpes), Rodrigo Guerra Botello, pues el asunto se envuelve en problemas académicos, económicos, sociales y hasta de idiomas… pues la mayoría de los muchachos no hablan español.
“Chicos que ya están en México y que fueron deportados en la administración de Barack Hussein Obama pueden ir a una universidad y ver si pueden tener acomodo… hay jóvenes que tienen posibilidades económicas pero necesitan un sistema que les reconozca los estudios que hicieron en Estados Unidos”, añadió el secretario.
Hasta ahora, en Monterrey, se logró incorporar a la Universidad de Monterrey a un joven deportado.
“Incorporamos a uno a partir de enero, la convalidación nos cayó como anillo a dedo porque no las teníamos todavía, y ahora trabajamos con el joven”, informó, Antonio José Dieck Assad, rector de la Universidad de Monterrey y Vicepresidente del Consejo de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (Fimpes).
El comité de Fimpes aseguró haber tenido pláticas con dreamers ya en México, también han charlado con el Instituto de Migración para saber qué hacer con los jóvenes que quieren continuar sus estudios, pues lamentaron que el tema este pendiente porque el gobierno norteamericano esta distraído en otras cosas.
“Obama deportó 400 mil personas el año pasado, hay muchos chicos que quisieran seguir sus estudios y los procesos que habían de convalidación antes eran extremadamente complejos y caros. Ahora promovemos en México y Estados Unidos la disponibilidad y la oferta educativa de las universidades mexicanas en caso de que quieran voluntario o involuntariamente regresar a su patria”, añadió el secretario.
Algunos chicos no se han incorporado porque llegaron a México muy lastimados por la deportación, otros necesitan asesorías académicas y psicológicas.

 

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