Por la alegría que representó para él la llegada del nuevo Obispo de Irapuato y por su apego a la Iglesia Católica, el señor José Fonseca decidió acudir al recorrido de recepción de Enrique Díaz Díaz, siendo el encargado de organizar las porras y los cantos de alegría.
El calor y la larga caminata no mermaron el ánimo de este fiel creyente de 58 años, que aunque en ocasiones se le iba la voz, no dejó de pedir a los presentes que gritaran porras dirigidas no sólo a Monseñor Díaz Díaz, sino también al Nuncio Apostólicos, Franco Coppola y al primer Obispo de Irapuato, José de Jesús Martínez Zepeda.
Su fe la ha vivido siempre, pues incluso pertenece a la parroquia del Alma Mater, donde convive con otros feligreses que estaban ansiosos por recibir al nuevo Obispo, y que no dudaron en seguir los cantos del ciudadano.
“Lo recibo con mucha alegría y con mucho entusiasmo, lo estábamos esperando (…) estamos de fiesta y somos bendecidos por parte de Dios, no nos deja solos porque tenemos ahora un Segundo Obispo”, indicó don José.
Aunque se le notaba cansado por tanto caminar, don José no aminoró el paso para seguir de cerca la camioneta donde eran trasladadas las autoridades religiosas, para después regresar a sus labores.