Del 23 al 25 de marzo del 2012 estuvo en Guanajuato por primera vez un Papa, y fue Benedicto XVI.
am realizó una extensa cobertura de los diferentes ángulos de cómo se vivió y sintió la histórica visita.
Al pisar suelo mexicano dijo: “Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizar con la escucha de la palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida”.
En el acto de bienvenida y ante el Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, el Sumo Pontífice pugnó por la libertad religiosa.
Los fieles lo recibieron en el trayecto de la ruta papal, desde el aeropuerto hasta el Colegio Miraflores.
En su segundo día Su Santidad comenzó con un saludo a grupos de indígenas y cambió de planes para irse en automóvil a Guanajuato capital. Ahí se conmovió cuando salió al balcón en la Casa del Conde Rul y se topó con una multitud de niños y jóvenes a quienes llamó a no combatir el mal con mal.
En un acto en la Puerta Milenio el alcalde Ricardo Sheffield Padilla le entregó las llaves de la ciudad.
También se informó del reclamo de víctimas de abuso sexual de sacerdotes por no ser atendidos.
Por la noche la Presidencia de la República informó de un encuentro con víctimas de la violencia.
El domingo fue la esperada misa en el Parque Bicentenario de Silao que congregó a 600 mil almas y les dijo: “En estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza”.
En la Catedral de León el Papa llamó a cardenales y obispos a estar del lado de los marginados.
Antes de irse saludó a niños enfermos y salió para escuchar mariachi y ponerse el sombrero de charro.
Viaja am con él
Momentos antes de emprender el vuelo a Guanajuato, Benedicto XVI atendió las preguntas de los periodistas que viajaban en el Avión Papal, entre ellos Arcelia Becerra, directora editorial de am, quien pudo entregarle al Santo Padre la revista especial que hizo nuestro diario por su visita. En sus declaraciones, Su Santidad condenó el narcotráfico.