El espíritu de competencia llevó a Juan Carlos Yebra Coronado a buscar autosuficiencia tecnológica.
La inquietud de desarrollar maquinaria para el sector del calzado fue el inicio de la empresa Carelia Mexicana, en 1990. El desarrollo nace por la necesidad que detectó en el sector, ya que su familia se dedica a la fabricación de calzado.
El diferenciador de la marca, explicó, es que puede ajustar su diseño a las necesidades exactas del fabricante, ya sea un proceso para bota, valeria o cualquier tipo de calzado.
Guatemala, Perú y Colombia son algunos de los países en los que han distribuido esta maquinaria, además del territorio nacional.
Como ejemplo de clientes mencionó a Tenis Panam y la Secretaría de la Defensa Nacional, el Ejército Mexicano utiliza su maquinaria en la fabricación de sus botas militares.
Los modelos no se reducen al sector calzado, incluyen maquinaria para las industrias textil, construcción y curtiduría.
La mayoría de los insumos son nacionales, a excepción del motor metal-mecánico, junto con los componentes eléctricos. “Los modelos no existen en otros países, son únicos”.
Actualmente cuenta con 10 diseños, de los cuales cinco han sido exitosos, como el horno de montado, secadores-activadores.
Con un equipo de 16 personas produce ocho máquinas al mes. El diseño tarda tres meses. En la producción se invierten dos semanas.
Una pareja de mecánicos toma el desarrollo desde cero hasta terminar el producto soldado, pintado, armado y con los arreglos electrónicos necesarios.
Algo que busca al desarrollar la maquinaria es hacerla independiente; que el cliente final pueda fácilmente intercambiar una refacción cuando sea necesario.
Este ingeniero mecánico, con formación en la Universidad de Guanajuato, expone que quiere inyectar alto rendimiento y productividad a las características de sus productos.
Desarrolla maquinaria ajustable
El espíritu de competencia llevó a Juan Carlos Yebra Coronado a buscar autosuficiencia tecnológica.