Hay jugadores que cuando menos se lo esperan, son tocados por la diosa suerte.
Carlos Peña está cerca de jugar en el futbol de Europa con el Glasgow Rangers de Escocia a petición de su técnico, el forcado Pedro Caixinha.
Si me hubieran dicho esto antes del Mundial de Brasil 2014, lo hubiera celebrado con bombo y platillo. En ese entonces, el Gullit era un jugador deseado por varios clubes pues era pieza clave de aquel León bicampeón.
Se hablaba de que la justa carioca sería el escaparate ideal para que de otros países se fijaran en su larga melena y se lo llevaran. No obstante de ser materia de exportación, Carlos pasó de noche.
Se hizo bomba al anunciar su salida como esmeralda para irse entre lágrimas de cocodrilo a las Chivas, irónicamente en dónde derramó lágrimas de verdad.
Con el Guadalajara nunca hizo click y de pronto le salieron nubarrones que le atormentaron la existencia hasta el punto de ser criticado públicamente por el técnico y dueño del Rebaño.
Lo peor que le pueden hacer a un jugador.
El Apertura 2016 fue la gota que derramó el vaso en Chivas al jugar únicamente dos partidos como titular y anotar un solo gol en la Liga MX.
Jorge Vergara no hallaba cómo deshacerse de él y como hijo pródigo regresó a la casa leonesa donde fue recibido así, con los brazos abiertos, aunque tristemente no tardamos en percatarnos que el Gullit ya no era el mismo.
No cuajó por completo en un torneo donde pocos en el León se salvaron de la crítica. Participó en 17 partidos, pero sólo en dos completó los 90 minutos. Casi siempre nos dividimos el juicio, unos para bien y otros para mal.
Ya no nos deleitamos con esas clásicas jugadas donde burlaba a más de dos y retaba insolente con el mano a mano a los porteros. Se le notó fuera de ritmo, lento y con una notable falta de picardía.
Eso sí, desde su llegada a Chivas y su regreso al León, fue titular indiscutible en los temas extra cancha y en revistas expertas en el chismerío, pues si bien no he sido de los que se meten en lo privado de los futbolistas, el Gullit se ha empecinado en hacer que se revuelva la gimnasia y la magnesia.
Por eso me llamó la atención tristemente la buena cantidad de frases e imágenes, algunas graciosas hay que decirlo, que sobre Peña se vertieron una vez que se corrió la noticia de su casi traspaso al Rangers escocés.
Siempre viviremos agradecidos por lo que le dio al León, pero ahora la verdad es que la directiva esmeralda no lo quiere por ser un jugador que no está en su nivel de juego y que aún así, Chivas lo pone muy caro.
Peña vuelve a tener entre sus botines una oportunidad para renacer. No es España, no es Alemania, pero sí una liga que alcanza a salpicarse un poquito del mejor futbol europeo.
Y para que el Gullit renazca, debe brincar el gran charco. Pero no ese que lo hará llegar al Viejo Continente, me refiero a ese inmenso mar de dudas que por ahora lo rodea, el que lo hace ser el centro de la carrilla, por el que emergen un sinfín de memes y el que genera él mismo cuando no corre como el campeón que fue y cuando no derrama la sensación de un jugador letal como se veía tiempo atrás.
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