Quizá el café matutino de todos los días, el postre después de la comida o las limosnas que das a tu paso no te hagan más pobre, pero sí pueden hacer la diferencia entre que logres o no, un ahorro que, a la postre, te pueda sacar de un apuro ante una contingencia. 

Gabriela Aguado, directora del Instituto de Finanzas Personales, explica que a este tipo de fuga de dinero se le denomina gasto hormiga.
Se trata del desembolso que las personas hacen constantemente, sin darse cuenta, y sin que lo consideren en su presupuesto.
“Si una sola hormiga lleva una miga de pan a su casa, es sólo una miga, pero si muchas hormigas llevan todos los días una o varias migas, entonces se puede juntar la masa de un bolillo entero.
“Lo mismo sucede con el dinero del café de la mañana, el postre después de la comida o las limosnas, lo cual normalmente no presupuestamos”, explica la experta.
De acuerdo con estimaciones reportadas por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), los gastos hormiga representan cerca del 12 por ciento del ingreso anual de un trabajador.
Según la especialista, la mayoría de las personas hacen gasto hormiga porque se dejan seducir por el consumismo, el cual proporciona un supuesto estatus y sentido de pertenencia.
“Esto al final es un grave e importante motor para generar gastos hormiga o gastos que están fuera de nuestras posibilidades.
“También se presenta cuando las personas tienen la necesidad de cubrir deseos inmediatos, por su intolerancia a la frustración, por ejemplo”.
De acuerdo con Aguado, este tipo de gasto afecta de manera profunda, constante y contundente. Por lo que es fundamental que las personas lo identifiquen y para ello sólo requieren cargar por lo menos durante 21 días con un cuaderno de bolsillo.
Considera que, en promedio, se requiere mínimo este tiempo para formar nuevos hábitos.
“En este cuaderno las personas deben anotar todos y cada uno de los gastos que hacen al día, desde el amanecer hasta el anochecer. De esta forma harán conciencia de a dónde se va su dinero. Esto les permitirá ver la cruda realidad, sin tapujos, crear conciencia y elegir conscientemente en qué quieren gastar su dinero”, precisa.
Para la especialista es fundamental contar con un ahorro, pues éste puede emplearse en mejorar la salud física y emocional.
“Esto depende de los intereses de la persona, de sus prioridades y de la forma en que quisiera generarse bienestar. El dinero apoya en momentos difíciles y es una herramienta para solucionar los problemas que se presentan.
“Una buena opción sería invertirlo en estudios preventivos, en una buena alimentación, en descanso o en terapias que nutran el alma, la mente y el cuerpo de forma sana”, comenta.
Por otra parte, la Condusef te aconseja poner lupa en los “otros gastos hormiga” que se generan cuando no pagas a tiempo o incumples el pago de tu mensualidad se generan intereses, lo que representa un cargo adicional a lo que inicialmente habías previsto.
También pon lupa en comisiones por tarjetas o por el pago de servicios como agua, luz, teléfono y agua.

 

¿Qué necesitas para ahorrar?
-Cargar con una libreta por al menos 21 días para anotar todos los gastos que se hacen diariamente.
-Haz un presupuesto.
-Elige conscientemente en qué si gastar y en qué no.
-Define tus prioridades.
-Establece tus metas a corto, mediano y largo plazo.

Se cree que ahorrar es imposible, pero simplemente se trata de un hábito que hay que aprender.
-Conoce tus ingresos.
-Identifica tus gastos.
-Planea cuánto puedes ahorrar.
-Siempre ten una meta.

Fuentes: Profeco y Gabriela Aguado, directora del Instituto de Finanzas Personales

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