En el Museo del Desierto, la principal atracción turística de la capital de Coahuila, Saltillo, están los restos de un velafrons, un dinosaurio del cretácico tardío. El ejemplar, de 72 millones de años, tiene seis metros de largo y fue hallado en 1995 en el municipio de General Cepeda. Los paleontólogos consideran a este reptil con cresta y pico de pato, el único dinosaurio 100% mexicano. No hay otro sitio en el mundo donde se haya encontrado un animal igual. Por este hallazgo, y el de otros kritosaurios, Coahuila es la tierra de los dinosaurios. 

Dinosaurios de la política

Esta extensa región del norte de México sigue siendo un prometedor territorio para los dinosaurios de la política. El poder de los hermanos Moreira, Humberto y Rubén, está lejos de extinguirse. Entre ambos, han gobernado Coahuila durante una década. Humberto dejó en herencia la gubernatura a su hermano mayor y ahora amenaza con extender su hegemonía política en las elecciones del 4 de junio. El dinosaurio da la última batalla para que su huella no desaparezca en una entidad que ha sido gobernada ininterrumpidamente por el PRI desde diciembre de 1929.

Fue Carlos Hank González, un viejo cacique del PRI del Estado de México, quien acuñó el término. “El dinosaurio se va”, dijo al escritor Fernando Benítez cuando admitió que no buscaría otro cargo público. La oposición ha ido ganando terreno al PRI desde hace tres décadas. El Gobierno de Coahuila, sin embargo, es un territorio virgen para la derecha, que tiene gran influencia en el norte del país. Es el único Estado en la frontera entre México y Estados Unidos que no conoce la alternancia y uno de los cinco de la República que no ha experimentado Gobierno diferente del PRI.

Pero Humberto Moreira no se va a ningún lado. El polémico exgobernador es, a sus 50 años, la estrella del Partido Joven. La formación recién creada le ha convertido en candidato a diputado local, lo que hizo que el PRI suspendiera su militancia. Muchos creen que esto es una pantomima. El candidato del Partido Joven al Gobierno es el aspirante del PRI, Miguel Riquelme, que fue subsecretario en la Administración de Humberto Moreira y diputado federal y funcionario en el gabinete de Rubén Moreira.

A pocos kilómetros del Museo del Desierto, en la colonia Postal Cerritos, se encuentra una de las secciones electorales donde el PRI no ha perdido nunca una elección a gobernador ni de diputados.

Mary Cantú, de 56 años, es la líder del PRI en esta sección desde hace 22 años. Su patio recibe algo de sombra por dos grandes lonas que cuelgan a manera de techo. Una de ellas es de un programa de desayunos escolares y el otro del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). En la ventana tiene un cartel con la imagen del excandidato presidencial Luis Donaldo Colosio. “Este hogar es priista. No aceptamos propaganda panista ni de otros partidos”. El político, asesinado en 1994, cruza las manos emulando a Jesucristo. Para Mary Cantú hablar del PRI es una cuestión casi religiosa.

“Tan linda es la luz de Dios que nos iluminó con el profesor Humberto Moreira”, dice. Para ella, originaria, de Allende, Nuevo León, el priismo fue una ideología que mamó desde pequeña. Presume de que su madre, enferma de diabetes y con las piernas amputadas, fue presidenta de los adultos mayores en su municipio. “Si los padres te inculcaron un partido no hay que voltearse”.

La señora Cantú es parte de una aceitada maquinaria que será puesta a prueba nuevamente el próximo domingo. Ella y su equipo, de 11 personas, pueden movilizar a otras mil 500 el día de la elección. Recibe 300 pesos al mes (16 dólares) y es la encargada de facilitar los programas sociales para sus vecinos: apoyos económicos, alimentarios y ayuda sanitaria. 

Otra de sus tareas es la defensa territorial. Ella impide que los candidatos del PAN hagan campaña en su colonia. “Los saco. No permito que me alboroten la gallera. Esas ratas nunca salen de sus madrigueras. Solo dos meses antes de las elecciones es que se les ve por aquí”.

Mary conoció a Humberto Moreira cuando éste llegó a su barrio a hacer proselitismo de la campaña de Enrique Martínez y Martínez (gobernador de 1999 a 2005). El profesor de primaria, originario de Saltillo, se convirtió en alcalde en 2003. Transformó la colonia, que en ese entonces era poco más que monte y calles sin asfaltar. Les regaló tinacos, focos, cemento, varilla y materiales de construcción. “Yo le decía que debería de clonarse para que nos den un Humberto a cada una de nosotras”, ríe. En el Partido Joven, Moreira propone eliminar los libros de texto y regalar en su lugar tabletas electrónicas a todos los alumnos del estado.

Guerra de lodo

Ese estilo manirroto impulsó a Moreira al Gobierno. Su administración, no obstante, concluyó con un escándalo. Su Gobierno adquirió con documentación falsa una deuda de 34,000 millones de pesos (1.800 millones de dólares). Su extesorero, Javier Villarreal, está en prisión en Estados Unidos acusado de lavado de dinero. Moreira dice que el dinero fue invertido en infraestructura y programas sociales. Pero la oposición asegura que tuvo otro destino. “Parte se fue a financiar campañas de otros gobernadores y la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Se ha notado que de parte del presidente hay una protección total a Humberto Moreira”, señala Bernardo González, dirigente del PAN en Coahuila.

En su despacho, González firma la decimoquinta demanda penal que el PAN ha presentado en contra de Miguel Riquelme, el candidato del PRI. En esta ocasión se revela una supuesta trama de corrupción con empresas ‘fantasma’. La guerra de lodo entre el PRI y el PAN indica que la elección será reñida. 

“Desde 1999 el PRI ha ganado de calle, pero esta es la más cerrada que hemos visto”, asegura el periodista Javier Garza. El presentador de informativos locales asegura que algunos de los ataques de la campaña negra están basados en documentos apócrifos. “Coahuila es el laboratorio de las fake news rumbo a 2018. Aquí se están probando esas técnicas para ver cómo funcionan el próximo año”.

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