Dos de los terroristas que el sábado por la noche acabaron con la vida de siete personas en Londres, eran conocidos por las autoridades británicas, aunque “no tenían evidencias de que estuviesen preparando un ataque”, informaron ayer.
Khuram Shazad Butt, ciudadano británico de origen paquistaní de 27 años, padre de dos niños, había estado en el radar de la Policía por sus vínculos con el islam radical.
Además, había sido apartado de las actividades de dos mezquitas de su barrio, Barking, sl este de Londres, por sus comentarios y comportamiento.
El segundo de los atacantes es Rachid Redouane, de 30, —que también usaba el apellido Elkhdar y afirmaba ser marroquí y libio—, no era conocido por la policía.
El tercero, cuya identidad no ha sido difundida, sí estuvo fichado, según Mark Rowley, responsable de la Brigada Antiterrorista.
Butt, seguidor del Arsenal que se fue radicalizando en los últimos años, aparece en un documental de la cadena Channel 4 sobre yihadistas británicos, captado durante un altercado con la policía tras rezar frente a una bandera negra asociada con el ISIS, en un parque de Londres.
Además, varias personas habían alertado a la policía sobre su actitud.
“Les estaba diciendo ‘Estoy preparado para hacer todo lo necesario en el nombre de Alá. Estoy preparado en el nombre de Alá para hacer aquello que se necesite, aunque eso signifique matar a mi propia madre”, relató al diario The Guardian una vecina, contando las palbras del joven.
El responsable antiterrorista Rowley reconoció que Butt había sido investigado en 2015 y que las autoridades recibieron varias alertas ciudadanas sobre su comportamiento.
Sin embargo, determinaron que no había indicios de que estuviese involucrado en actividades terroristas ni que estuviese planeando un ataque.
Por eso su caso “se trasladó los escalones inferiores” de las 500 investigaciones activas sobre terrorismo. “No he visto nada que indique que se tomó en ese momento una mala decisión”, ha dicho Rowley.
El caso de Butt supone un nuevo golpe para la inteligencia británica que, por tercera vez, ha tenido en el foco a una persona que después ha llevado a cabo un atentado mortal. Los investigadores tuvieron en su radar al terrorista de Mánchester, que mató a 22 personas, y también al autor del atentado del pasado 22 de marzo en el Puente de Westminster, en que murieron siete.
Ayer, antes de que se difundieran los nombres de los atacantes, la jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, comentó a la BBC que a veces es inevitable que haya grietas en el sistema: “Se producen casos en los que estas personas eran conocidas por las agencias”.
La policía, bajo el foco mediático, recalcó que actualmente tiene abiertas 500 investigaciones que involucran a 3 mil potenciales sospechosos.