Nada es suficiente para reponer el daño causado a las víctimas de un accidente y sus familias, pero la sentencia de más de siete años que impusieron a Oscar Omar Martínez por la muerte de tres personas -entre ellas un niño de cinco años- servirá como ejemplo para que no ocurran más casos de este tipo.

Así lo señaló Antonio Gudiño, comerciante que labora en la zona de Gaspar de Almanza, esquina con avenida Irrigación, donde ocurrió el accidente el 6 de enero de 2016.

Ese día, Guillermina Pantoja Ruiz, de 56 años; Gabriela Narvaez Pantoja, de 34 años, y el menor Leonardo, de cinco años, murieron cuando su auto fue embestido por el de Oscar Omar, quien manejaba en estado de ebriedad.

Antonio Gudiño vende tacos justo en esa esquina donde al día siguiente del accidente apareció una pelota, dulces y una veladora en memoria del pequeño Leonardo; hasta hoy es un misterio quién dejó los regalos para el menor.

“Cuando llegamos nosotros ya estaban ahí y nadie supo quién los había dejado”, expresó el comerciante.

Consideró que la sentencia para Oscar Omar tal vez no sea suficiente, pero por lo menos no se le dejó libre como en otros casos.

“Con nada se repone la vida de una persona, es muy difícil para la familia. ¿pagó los daños? yo creo que ni así se paga, porque una vida no tiene precio”, indicó.

Y agregó que para el sentenciado también serán momentos difíciles, por lo que confió en que le sirva su condena como lección de vida.

“No se crea, después de una sentencia así, al muchacho ya no le van a quedar ganas de volver a tomar nunca; también hay que ponerse en su lugar, para su familia ha de ser difícil, pero qué se le hace”.

 

‘Que autoridades prevengan’

Los accidentes que han ocurrido en la zona, también deberían servir para que las autoridades volteen a ver la problemática de exceso de velocidad que existe ahí, pues con frecuencia pasan accidentes que pueden resultar fatales.

“Yo creo que hacen falta unos reductores de velocidad, porque aquí ya en la noche cuando no hay carros, pasan muy rápido y se vuelan los semáforos, no hay orden; con unos topes creo que se podría solucionar”, indicó Antonio Gudiño.

Como ejemplo citó que apenas el pasado de febrero, una camioneta de vigilancia ferroviaria se pasó el alto y golpeó a un taxi, que después se impactó contra su puesto de tacos y lo aventó hasta quedar junto a la pared del Oxxo que está en la esquina.

“Todo quedó para echarlo al fierro viejo; éste (estanquillo) es nuevo, el otro quedó deshecho y nosotros tuvimos que dejar de trabajar 15 días en lo que reponíamos todo; es fecha que no nos pagan, nos tiene que pagar la aseguradora de la camioneta, y todavía nada”, indicó.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *