Luego de los dos eventos sísmicos ocurridos la semana pasada en la entidad, el director del Departamento de Ingeniería en Minas, Metalurgia y Geología de la Universidad de Guanajuato, Juan Esteban García Dobarganes Bueno, descartó que existan motivos para alarmarse.
Explicó que los movimientos telúricos han sido de muy baja magnitud y se han presentado en un valle tectónico conocido como “Villa de Reyes”.
El primer movimiento tuvo una magnitud de 4.0 grados a una profundidad de alrededor de 5 kilómetros, con epicentro al norte de la ciudad de Guanajuato, a unos 21 kilómetros.
El segundo fue el miércoles pasado a las 6:38 de la mañana, con una magnitud de 3.7 grados y una proximidad similar al anterior. Este se dio a 3.5 km de la comunidad de Duarte, cerca de León, “en el mismo valle tectónico y cerca de la falla del Bajío, que ha tenido actividad reciente”.
El académico e ingeniero geólogo recordó que el último sismo del que se tenía registro fue en el 2012, prácticamente de la misma magnitud y profundidad que los recientes.
Al ser una zona que está todavía activa “seguramente presentará movimientos de este tipo”, aunque muy pequeños, dijo, pues “está liberándose energía que se acumuló estructural o tectónicamente”.
Consideró importante aclarar que es difícil que estos sismos se puedan sentir en la ciudad de Guanajuato porque son de muy baja magnitud y la capital está ubicada sobre basamento rocoso.
“Las ondas sísmicas viajan muy rápido y no alcanzamos a tener efectos como en otros lugares del estado. En cambio, en lugares como Silao o Irapuato los sedimentos actúan de otra manera y se pueden sentir los sismos, aunque sean también de muy baja magnitud”, afirmó.
El académico descartó que por ahora existan motivos de alarma, pues los eventos sísmicos de esta magnitud apenas son perceptibles, “con un sismo de 5 (grados), lo que se alcanza a ver es que se mueven los focos”, sostuvo.
Dependiendo de la cantidad de energía acumulada es la cantidad de deslizamiento que se va a tener.
“Con una magnitud de 3.7 a 4 suele haber de 2 a 3 metros de deslizamiento máximo, por eso no tienen tanto efecto en superficie, pues liberan muy poca energía”, explicó.