Habitantes de la comunidad San Antonio el Chico aseguran que los robos en la zona están “a la orden del día”.

“Anoche querían abrir la iglesia para robarla, ya no respetan nada”, comentó la señora María, habitante de esta zona rural.

La Señora María quien ha vivido en la comunidad desde hace más de 80 años, resaltó que la zona tiene severas deficiencias en el tema de seguridad, situación que preocupa a los habitantes.

“La patrulla casi no pasa, le tenemos que marcar y esperar a que llegue, aquí no hay ni una caseta de vigilancia”, denunció.

En la plazuela del lugar han sido robadas las lámparas que iluminaban la zona, lo cual los deja más vulnerables para la delincuencia, acusó el señor José Díaz.

Habitantes de la zona refieren que anteriormente la comunidad pertenecía a un patrón, por tal motivo no cuentan con escrituración de las casas o establecimientos que se encuentran en el lugar.

“No tenemos escrituras, pero ¿Qué nos hacen, que nos quitan?”, manifestó.

Los malos olores que despiden las aguas que corren en el Río Temascatío debido a la contaminación que genera la Ciudad Industrial, es otro de los problemas con los que residentes de San Antonio el Chico deben lidiar.

“Si nos afecta la contaminación de las fabricas pero ¿Qué hacemos?, en las madrugadas hule muy feo”, recordó, manifestó.

El Señor José Díaz, dijo además que en el lugar no se respetan las restauraciones que se realizan para beneficio de la comunidad, pues aparte de los robos, maltratan los árboles, plantas y rejas aunque estén recién pintadas.

 “Aquí los árboles los riego y los cuido yo, nunca se recibe apoyo, excepto hace como un mes que vinieron jóvenes de Irapuato a sembrar pinos, los cuales la gente ya lastimó y algunos los cortaron”, dijo.

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