Donald Trump logró su primera victoria parlamentaria en el terreno que más le gusta pisotear: la inmigración. 

La Cámara de Representantes aprobó dos leyes que materializan sus proclamas más extremas. Un mazazo doble que, si el Senado lo confirma, elevará hasta 10 años de cárcel la condena a los indocumentados que insistan en regresar a EU tras su deportación, pero que también le permite retirar fondos a ese gran frente de resistencia que han creado las ciudades rebeldes a su política migratoria, como Los Ángeles, Nueva York o Chicago.

Trump y su fiscal general, el halcón Jeff Sessions, no han dejado de atacar este frente. Sessión ha calificado a las ciudades santuario de “amenaza para la seguridad pública” y el propio Presidente lanzó una orden ejecutiva destinada a retirar fondos a aquellas que no colaborasen. 

La directiva, como ya viene siendo habitual en la era Trump, chocó con el muro judicial. Un magistrado de San Francisco la bloqueó provisionalmente por su presunta inconstitucionalidad.

Ley Kate

El caso de Kate Steinle, muerta a tiros hace dos años en el embarcadero de San Francisco por un mexicano con antecedentes que había sido deportado cinco veces, generó la llamada Ley Kate.

La norma aumenta las penas a quienes reinciden en la entrada ilegal a EU. Así, un indocumentado que haya sido deportado más de dos veces y sea sorprendido de nuevo, puede enfrentarse a una pena de hasta 10 años de cárcel. 

Y si tiene un antecedente por un delito grave o tres faltas, basta que vuelva a ser sorprendido una sola vez para una condena similar. Esta ley pasó el filtró de la Cámara de Representantes por 257 votos frente a 167. El total de escaños republicanos suma 241, y el de demócratas, 194.

Sin embargo, el éxito en la Cámara de Representantes es sólo provisional. Las leyes tienen aún que sortear el mayor escollo: el Senado. Ahí, la mayoría republicana es exigua (52 frente a 48) y los textos corren el riesgo de naufragar. Ya ocurrió el año pasado con la Ley Kate y, de volver a pasar, la debilidad parlamentaria de Trump quedaría en evidencia.

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