Combinar la diversión con los negocios es la habilidad de los propietarios de Kukaponga, franquicia de campamentos que cuenta con 156 unidades y tiene presencia incluso en Japón.

Paola Lecanda Labiaga, directora de Marketing, explicó que ella y sus hermanas convirtieron el negocio familiar en la única franquicia de su tipo a nivel mundial.

Hace siete años, tras un curso de franquicias que tomó Paola, se detonó la idea de convertir el suyo, un negocio familiar, en una marca comercial, que hoy tiene 156 sucursales en varios países, como Perú, Inglaterra, China y España.

La alianza con Asiatic Connection abrió el mercado asiático, llevando estudiantes a estos países, en campamentos académicos, culturales y de futbol.

Además, Kukaponga tiene convenio con Edutravel, que incluye a nueve universidades, entre ellas Oxford y Cambridge, para realizar intercambios de estudiantes en 20 países.

“Así como nosotros llevamos grupos desde las franquicias mexicanas a viajes al extranjero, ellos también pueden hacer campamentos locales”.

La franquicia

El negocio tiene dos tipos de franquiciatarios, los que no tienen sede y rentan las instalaciones, y quienes cuentan con rancho para las actividades.

El valor de la franquicia es de 333 mil pesos, con un tiempo de recuperación de la inversión de seis a 12 meses. Cuentan con 30 sedes en el País con instalaciones para dinámicas, una planilla de mil 960 empleados a nivel nacional y 350 internacionales.

Una de las ventajas de este negocio, es que no existe la morosidad, ya que todos los campamentos se pagan por anticipado, detalló Paola, y compartió que, de 480 franquicias a nivel nacional, tienen el primer lugar en ventas promedio y retorno de inversión.

Campamentos

En Guanajuato el campamento de mayor éxito es el de integración de papás e hijos. Sólo en León, la franquicia realiza 85 campamentos anuales, que se dividen en cinco tipos: sociales, culturales, anti-bullying, integración y familiares; con grupos de cinco a 500 personas, que pueden tener de seis años en adelante.

Kukaponga ha trabajo con empresas como Telcel, Coca-Cola, Mary Kay, Home Depot, Nivea y Suburbia en integraciones laborales.

El diferenciador de estos campamentos es que realizan dinámicas de sensibilización, para que las personas sanen sus emociones, además, cuentan con programas sociales y una fundación para niños con cáncer.

En 1963, el abuelo de Paola, Antonio Labiaga, empezó haciendo campamentos en Valle de Bravo. Hoy, la empresa llega a Japón. Y más allá.

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