Seis días a la semana, unas 30 chivas pasean por el polígono de Las Joyas.

Pablo Campo González guía a los animales por el lugar ya hace cinco años, cuando optó por dedicarse a la venta de ganado.

Después de que sufrió un accidente en el que su pierna y cadera quedaron con lesiones considerables, don Pablo decidió buscar un pasatiempo que, con el paso de los años, se convertiría en su sustento económico.

“Comencé con dos chivas, ahora tengo más de 30 y me dedico a venderlas”, dijo, y luego explicó su rutina: de lunes a sábado pasa de cuatro a cinco horas de paseo con las chivas, cuidándolas mientras pastan en los terrenos baldíos; luego, al volver a casa, les da de comer para que llenen el huequito que les quede.

“Aunque tengo el problema de salud, el caminar diario me hace sentir bien, me apoyo con un palo y vamos poco a poco”, contó el señor Pablo, y agregó que que cuando vende un chiva, lo hace por kilo, que le pagan a 45 pesos; sus animales pesan desde 10 hasta 50 kilos.

Además, el ganadero leonés aprovechó para llamar al Gobierno a apoyar esta actividad económica en el Estado.

“Lo que es la agricultura y la ganadería son muy nobles, lo que tenemos es que no somos productores, somos consumidores, nadie come basura, pero todos comemos carne, frutas y verduras; el Gobierno tendría que apostarle más al campo”, sugirió.

El señor Pablo disfurta cada momento en el recorrido por las calles de su colonia con su rebaño, aunque no tiene una ruta específica diaria. Espera poder seguir ganándose la vida de ese modo.

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