En tres años el interior del templo de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores, mejor conocido como el templo del Cerro Gordo, ha sido restaurado y se perfila como uno de los principales puntos turísticos de la ciudad.
Localizado en la cima del Cerro Gordo, con acceso por un camino de empedrado por la prolongación Paseo de los Insurgentes, es un referente desde cualquier punto de la ciudad.
Pertenece a la parroquia de San Maximiliano Kolbe -de la colonia Panorama- a cargo del padre José de Jesús Ortiz Ayala, quien durante más de dos décadas llevó a cabo un incansable trabajo en la montaña de Cristo Rey.
El padre Chuy, como le dicen de cariño los feligreses, se hizo cargo del templo de Cerro Gordo en enero del 2014 y de inmediato inició su rescate. Hoy luce esplendoroso.
“La restauración del templo va muy avanzada. Ya no se ve igual que hace tres años. La Virgen ya está más hermosa”, señaló el párroco.
Los capiteles y columnas en el altar principal fueron forradas con hoja de oro que, y en la parte superior de los muros se pintaron grecas.
Los candiles fueron remozados y se les cambió la iluminación con focos ahorradores y en algunas áreas se instaló tecnología LED.
El padre Chuy manifestó que una vez restaurado el interior, el siguiente paso será reparar las grietas y filtraciones de agua en las bóvedas, para lo que es necesario impermeabilizar.
El gobernador Miguel Márquez Márquez ha ofrecido apoyar con iluminación afuera del templo para que de noche luzca espectacular y se pueda ver desde cualquier punto de la ciudad, además de iluminar el camino empedrado que lleva al recinto con el fin de que haya más seguridad.
Pronto iniciará la construcción de una barda perimetral y la restauración total de la casa de ejercicios anexa al templo, explicó el padre Ortiz Ayala.
“Todo esto se ha logrado con la participación y el apoyo de los feligreses que han hecho aportaciones directas con materiales, con rifas, organizando conciertos. Un templo que poco a poco, y con mucho trabajo se van transformando”, dijo.
El sacerdote señaló que también se cuenta con el proyecto para que en el atrio haya un mirador donde los turistas podrán observar y admirar la ciudad, por lo pronto ya tienen una puerta para que parejas no entren por las noches.
El Gobierno del Estado ofreció restaurar la torre del campanario, enjarrarla, pintarla, iluminarla y colocar vitrales.
El artista Armando Romero Castillo se encarga de la decoración y ha hecho las grecas y los dorados del altar principal, pero aún le falta el dorado en el cuerpo del templo y poner vitrales.
“Este templo se ha convertido en un lugar turístico. Mucha gente viene aquí a contemplar la ciudad”, señaló el padre Ortiz.
El proyecto de restauración del templo estuvo abandonado 13 años, ahora está conformado un comité para su ejecución.
“La restauración ha sido todo un reto. Poco a poco con la ayuda del comité del proyecto se ha logrado un avance importante en la restauración”, dijo Teresa Navarro Alcaraz, integrante del comité.
Comienzan obra en 1972
La construcción del recinto comenzó hace 45 años, a cargo del ingeniero irapuatense Ricardo Rivera Becerra.
La primera piedra fue colocada en agosto de 1972 de forma clandestina, porque no se contaba con permiso de la Iglesia, y el 6 de febrero de 1973 monseñor Daniel Castillo Cabrero bendijo la primera piedra a nombre del obispo Anselmo Zarza y Bernal.
Una gran impulsor del templo fue el padre Miguel Méndez, otro el padre Gonzalo Galván desde el 2005.
El padre Jesús Ortiz, quien fuera encargado de Cristo Rey, hizo un llamado a los fieles católicos de la zona del Campestre para que contribuyan al gran proyecto, que incluye otras 25 habitaciones en la casa de retiro anexa al templo.