Una decena de hombres y mujeres que realizaban trámites migratorios abrieron paso a un contingente de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas que escoltaban a un joven delgado en la garita Internacional de Calexico, California. Unos pasos atrás, otro grupo de oficiales trasladaban a otro hombre.
En la base de datos del ICE apareció su identidad y los cargos que enfrenta con la justicia de Estados Unidos, vinculados con el narcotráfico. Cuando lo identificaron, pidió hablar con agentes de la Oficina Federal Antidrogas (DEA) que se encuentran en el edificio del puerto fronterizo.
Acorralado por la sentencia de muerte en Sinaloa, Dámaso López Serrano, “El Mini lic”, huyó de Culiacán para refugiarse en la capital de Baja California.
El sinaloense estaba entre la espada y la pared, pues además de la amenaza, conocía también una investigación para su detención por conspirar en el tráfico y distribución de droga en Estados Unidos que se encuentra en la Corte federal de San Diego en octubre de 2016.
La mañana del jueves, antes del mediodía y junto con uno de sus escoltas, se enfiló hacia el norte de Mexicali para entrar a territorio estadounidense por la garita de Calexico.
“El Mini Lic” mantiene una confrontación con los hijos de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, que se intensificó a raíz de su “levantón” en 2016 en un restaurante de Guadalajara, Jalisco. A López Serrano se le atribuye la privación de libertad de los Guzmán.
El círculo se cerró pues también se confrontó con Ismael Zambada, “El Mayo”.
Fuentes consultadas advirtieron que la lucha intestina por el control de esa organización criminal provocó, en junio, la quema de casas y ranchos de López Serrano en Sinaloa.
De forma extraoficial se dio a conocer que el ahora detenido tiene diversas propiedades en la zona agrícola de Mexicali y en Calexico, California, hacia donde se dirigía antes de su arresto.
Una posible entrega en acuerdo con la DEA, lo pondría en una situación de negociar penas menores por el juicio que enfrenta en Estados Unidos o, en su caso, integrarse a la lista de testigos protegidos.
De confirmarse esa versión se recrudecería la violencia en varias ciudades del pacífico mexicano por la delación de operaciones y estructura del cártel sinalonese.
Operaba sin orden de captura
Aunque estaba identificado como una de las cabezas visibles de una nueva generación de narcotraficantes, contra Dámaso López Serrano “El Mini Lic” no se conocen públicamente órdenes de captura en México y Estados Unidos.
De acuerdo con el sistema electrónico de las Cortes Federales de la Unión Americana, hasta ayer no había registro de un “indictment” o acusación penal contra el hijo de Dámaso López Núñez “El Licenciado”, operador del Cártel de Sinaloa.
“El Mini Lic” se entregó el miércoles a la justicia estadounidense en la frontera de Caléxico, California; de haber un caso judicial en su contra, estaría “sellado” o testado por el juez, aunque en ocasiones la situación de reserva también es de dominio público.
En México era parte de la lista de los objetivos prioritarios del Gobierno Federal; sin embargo, tampoco hay registros de órdenes de aprehensión por casos de narcotráfico ni amparos contra mandatos de captura por delitos de cualquier naturaleza.
Tampoco había alguna orden de detención provisional con fines de extradición.
En caso de haber una orden de captura bajo sello, López Serrano podría obtener beneficios como la reducción de la pena y la cancelación de cargos, a cambio de información sobre la estructura de la organización criminal a la que pertenecía y sus cómplices.
De no haberla, estará bajo resguardo de la Agencia Antidrogas (DEA) como testigo protegido, calidad en la que deberá comparecer en los juicios contra otros miembros del Cártel de Sinaloa.