No es precisamente que inicie una campaña contra el técnico del León con el hashtag ‘Fuera Torrente’, simplemente es el reflejo de lo que muchos ya piden.

Luego del 3-1 en Toluca, una mecha encendida se aproxima al polvorín en el que está sentado Torrente, a punto de explotar y romper los últimos hilos, delgados y frágiles, que lo sostienen.

El boomerang del karma surca el seno leonés. Torrente llegó para el Apertura 2016 a levantar la nave en el lugar de Luis Fernando Tena, entrenador que nunca fue bien visto por la afición esmeralda.

En ese campeonato, ‘El Flaco’ arrancó con un 5-1 en contra del Pachuca, un empate sin goles con Necaxa y para la fecha tres perdió 1-0 con Pumas. Es decir, un punto con seis goles en contra y uno marcado.

Hoy, el equipo de Torrente apenas en la fecha dos del Apertura 2017, ya tiene la misma cantidad de goles recibidos y solo uno a favor, pero sin puntos y sí con la misma sensación de reproche hacia su juego.

El domador ha asumido la culpa del mal inicio de su fiera en el torneo. Estoy de acuerdo.

Cuando se tiene un equipo con ciertas limitantes, el técnico es el responsable de fortalecerlo conjuntando las cualidades de sus jugadores, las que tengan.

De la jornada uno a la dos, Torrente realizó cinco cambios a sabiendas que haría uno obligado por la suspensión de Novaretti y que integraría a Elías, su mejor arma.

Para enfrentar al Toluca sentó a Navarro, ‘Rifle’, Cervantes y Ramos, que por el accionar contra el Atlas y aún con la derrota, al menos tres de ellos parecían haberse ganado la oportunidad de repetir.

No obstante, a Torrente le bastaron dos goles de Pereyra para ponerlo de inicio. Pero Alebrijes no es Toluca ni la Copa es la Liga, la verdad sea dicha, con Pereyra no pasa nada y lejos está el que suceda algo. 

A toro pasado podemos afirmar que era mejor darle al chamaco Cervantes una palmadita en la espalda de esas que refuerzan la confianza, a ofrecérsela a un Burbano que en la actualidad es más firulete que estocadas al rival. 

Por otra parte, Torrente sigue casado con Yarbrough y Cornejo, pero el cancerbero y el freelance de la defensa no están jugando en mente y cuerpo para bien del equipo. 

Y para su colmo, vuelven a aparecer las lesiones, ayer en Piris y Osvaldo Rodríguez.

La dignidad de Torrente le hará sostener la toalla y no aventarla. Sus declaraciones luego del segundo tropiezo nos aclaran que juega con fuego y cuchillos afirmando que la realidad de un equipo se ve hasta la séptima jornada.

Por un lado tiene razón, la paciencia de la directiva con Tena duró siete juegos con la pobre cosecha de cinco derrotas, un empate, un triunfo y un ambiente de vestidor enrarecido.

Ignoro si Torrente maneja redes sociales, pero seguro se dará cuenta lo que se expresa en estas. 

 

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