La “Ciudad de los Niños de Salamanca”, por donde pasaron cientos de niños criados, alimentados y educados por el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías se encontraba a prueba por la Diócesis de Irapuato y por casi 30 años operó sin el visto bueno de la Iglesia.

El proyecto liderado por el sacerdote comenzó en 1977 en sociedad con la religiosa Hortensia Jiménez, de acuerdo con el acta constitutiva de la casa hogar, pero no tuvo permiso de la iglesia sino hasta después de 2005, cuando se le otorgó la Sociedad de Vida Apostólica, bajo la tutela de la Diócesis de Irapuato.

Cuando se obtiene la Sociedad, la Diócesis de Irapuato lo pone aprueba, porque de seguir con el proyecto y ser avalado totalmente, es necesario un permiso expedido directamente desde el Vaticano.

Por unos 30 años, “Ciudad de los Niños de Salamanca” operó sin el visto bueno de la Diócesis hasta que obtuvo la sociedad apostólica.

Mancera, donde está ubicado la Ciudad de los niños de Salamanca, es un rancho tranquilo.

El padre Gutiérrez funje como superior, y participan otros dos sacerdotes: José Natividad Rodríguez del Agua y Marco Antonio Ruíz Martínez, este último actual encargado de la Ciudad Juvenil que alberga a jóvenes mayores de 15 años.

El padre

Pedro Gutiérrez Farías nació el 24 de febrero de 1941, en Quiroga, Michoacán, hoy tiene 76 años de edad.

El presbítero estudió en el Seminario de Morelia, y fue ordenado a los 24 años, el 28 de febrero de 1965.

Su recorrido en las parroquias y evangelizando fue corto, pues de inmediato comenzó con el proyecto de la casa hogar.

Fuentes consultadas por am señalan que el sacerdote comenzó su ministerio en su natal Michoacán, donde ya tenía la idea de abrir un albergue para menores, pero allá no le dieron luz verde para el proyecto.

Posteriormente fue enviado a Aguascalientes, donde duró poco tiempo. Luego llegó a la parroquia San Antonio Abad en Salamanca, Guanajuato.

Aunque lo conoció poco, el sacerdote Mario Alejandrí Díaz de León, párroco de la comunidad La Loma, a donde pertenece el Rancho Mancera, señaló que Gutiérrez Farías siempre mostró una actitud muy fina y de trabajo con los niños, además era muy querido por la comunidad por la labor que llevaba a cabo.

Desde que el DIF estatal tomó el control del lugar hay vehículos de la dependencia en los alrededores.

“Cuando llegué hace pocos meses, pues tuvimos un encuentro. Cuando me presentó ante la comunidad, el padre me pareció muy bueno, la gente en Mancera se expresan muy bien, lo apoyan mucho. Y los chicos que llegan son tremendos se necesita una disciplina fuerte, el padre no es así, su carácter no es estricto, ahí se les debe tratar con amor y paciencia”, opinó el padre Alejandrí Díaz de León, que pertenece al clero de la ciudad de León.

El templo al interior de la casa hogar pertenece a la Parroquia de Mancera, por lo que para realizar trámites para los sacramentos es necesario pedir autorización al sacerdote Alejandrí Díaz. 

Uno de los últimos trámites realizados fue para llevar a cabo una boda.

El sacerdote se dijo extrañado por las acusaciones contra el director de la casa hogar y comentó que de comprobarse no sólo tendría que ser juzgado de forma penal sino que la Diócesis también llevaría a cabo un proceso para quitarle su ministerio.

Comunidad sorprendida

Llegar a la Ciudad del Niño de Salamanca, ubicada en el Rancho Mancera es sencillo, los señalamientos indican una y otra vez por dónde ir.

“Pedro Gutiérrez” se llama la calle que da directo al albergue, que ahora tiene más <de 15 vehículos rodeándolo y que pertenece al personal del DIF que ahora está a cargo del lugar.

La calle que lleva al albergue se llama Padre Pedro Gutiérrez.

No hay ruido, y pareciera que no hay niños, pero por la parte trasera se les aprecia jugando, en actividades y hasta apoyando en las labores de mantenimiento que se le dan al lugar.

am realizó un recorrido por la comunidad, habló con la delegada “Guillermina”, con vecinos y todos se dicen sorprendidos de las acusaciones de abusos que hay contra el padre y las malas condiciones del lugar.

Mancera es un rancho tranquilo, el silencio lo rompen los camiones que pasan con gente para ir a trabajar y las motos que levantan la tierra porque nada está pavimentado.

Por la mañana se ve poca gente en la calle, salvo las señoras que acuden a las tienditas o que están alimentando a los animales.

La delegada contó que desde que llegó el padre, a la gente le gustaba pedirle que los dejara entrar a escuchar las misas dominicales, pese a que ellos tenían su propia parroquia.

“Es que nos gustaba más cómo daba los sermones, pero solo íbamos a misa y nos regresábamos”, comentó la delegada.

Y cómo no gustarles, el templo al interior de la casa hogar es más grande que la parroquia del rancho, tiene más imágenes de santos, su color vino la hace llamativa y desde kilómetros antes de llegar sobresale la cúpula que indica que hay un templo.

Los vecinos comentan que el sacerdote nunca pidió apoyo a los habitantes para los niños, todo lo contrario eran invitados a los festivales.

Una vecina de Mancera que no quiso dar su nombre, dijo que su esposo trabajo como albañil durante cuatro años en el albergue y nunca vio nada de abusos.

“Se nos hace muy raro, el Padre a nosotros siempre nos apoyó, con más razón a sus niños adentro”, dijo a am.

El caso

Hace dos semanas se dio a conocer que el albergue dirigido por el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías y la religiosa Hortensia Jiménez tenía reportes de irregularidades en su operación desde hace por lo menos nueve años.

La juez federal Karla Marcia Macías Lovera, ordenó la reubicación de 134 niños y 80 jóvenes que vivían en esta casa hogar al tener evidencia de que en el lugar se cometían abusos tanto físicos como sexuales contra estos menores de edad.

En el lugar había pocos niños originarios de Guanajuato, la mayoría eran de otros estados.

En el albergue se ve a los niños jugando, en alguna actividad o ayudando en las labores de mantenimiento.

Desde el 12 de julio pasado el DIF Estatal, como lo ordenó la jueza, se quedó a cargo de las instalaciones y de 67 menores que lo habitan.

Los trabajadores del DIF laboran por turnos, llevan a cabo actividades durante todo el día e incluso duermen en el lugar.

Hasta ahora las autoridades han señalado que sólo hay siete probables casos de abuso en niños, investigaciones que dijeron concluirán esta semana.

Piden a Gobernador deslindarse de ‘impunidad’

La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) exigió al gobernador Miguel Márquez Márquez deslindarse de la “impunidad” en torno a la casa hogar “Ciudad de los Niños de Salamanca”.

En el albergue hacen labores de mantinimiento.

Ayer en un comunicado, la organización lamentó las declaraciones del mandatario de la semana pasada en las que “ratifica la inexistencia de investigación en contra del sacerdote Pedro Gutiérrez Farías, bajo el argumento de que ‘no hay denuncias’”.

De acuerdo con REDIM se menosprecia “la profunda investigación realizada por la Juez Karla Macías quien emitió una sentencia desde marzo del presente año para que se investigue el funcionamiento y el manejo de recursos en la ‘Ciudad de los Niños A.C.’ así como otros testimonios que han surgido con respecto al caso”.

La organización considera que con su postura, el funcionario estatal reafirma la falta de disposición de investigar el caso y los posibles crímenes cometidos en contra de los menores. 

“Hacemos un llamado respetuoso al gobernador Márquez a facilitar la atracción del caso por la Procuraduría General de la República (PGR) y deslindarse explícitamente de la red de protección que han mantenido en impunidad los delitos cometidos en la ‘Ciudad de los Niños A.C.’ por más de dos décadas”, menciona el comunicado. 

Se extrañaron de que la PGR se esté retrasando en atraer el caso.

Algunos menores apoyan con  el mantenimiento en la Ciudad del Niño de Salamanca.

REDIM urge a: “Proteger a las niñas, niños y adolescentes que aún están en las instalaciones de la ‘Ciudad de los Niños A.C.’ en Guanajuato y Michoacán, donde según las autoridades, se refugió el sacerdote Pedro Gutiérrez; por lo que pueden ser víctimas de nuevos delitos o afectados en su integridad para evitar que ofrezcan testimonio en su contra”.

Sobre la denuncia penal por difamación que presentó el sacerdote, consideran  que busca amedrentar a las víctimas y lanzar una amenaza contra la libertad de expresión para los medios de comunicación.

Las organizaciones REDIM y NIMA han presionado para que se aclare el caso que se dio a conocer hace dos semanas sobre abusos que vivieron los algunos menores al interior del albergue que dirigía el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías.

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