La arquitectura más ancestral, que remite a los árboles y al azar, la construyó el clima, agujereando las montañas, o la casualidad, uniendo copas de arbustos. La madera es un material primario y, sin embargo, cargado de futuro.
Siendo el componente más cálido de tantos edificios, es también renovable y reciclable. De la madera se dice que vive porque cruje, huele y responde al clima y al paso del tiempo cambiando su densidad y su dureza.
Pabellón en Nevada. Tres semanas tardaron en construir este pabellón las 25 personas que lo levantaron en el Black Rock Desert, en Nevada. Utilizaron 161 kilómetros de varilla.
William Hall, autor del libro Wood (Phaidon), considera que es, además, un ingrediente inteligente: la tecnología ha añadido resistencia física a su impagable capacidad aislante acústica y térmica.
Una casa medieval de roble dice tanto de la sociedad del siglo XIV como de las coníferas con las que se construyó. La propia naturaleza de los abetos y las hayas definía antaño el tamaño de las vigas, las cerchas y las columnas con las que se levantaban los edificios.
Hoy la madera se somete a procesos de transformación y resistencia.
El mayor inmueble construido con este material está en Tillamook, en el Estado de Oregón (EU). El Hangar B, que funciona como un museo del aire, fue levantado en 1943, tras el ataque a Pearl Harbour. Un primer Hangar A fue aeropuerto hasta que ardió en 1992.
Biblioteca china. El arquitecto Li Xiadong construyó en Pekín la biblioteca Liyuan. Su edificio de madera está cubierto por una fachada de ramas y troncos que dejan pasar el sol.
Eso hoy podría evitarse: tratamientos ignífugos han permitido recuperar la construcción con bambú en países tropicales.
La madera es cada vez más resistente. En Sevilla, Jürgen Mayer construyó una gigantesca pérgola de abedul laminado expuesta al sol y la lluvia sobre la plaza de la Encarnación. El gracejo local bautizó el Metropol Parasol, como Las Setas. La anécdota delata cómo vanguardia y tradición conviven en edificios construidos con madera.
Instinto e ingenio determinan la construcción con un material que asociamos a la tradición y a la falta de pretensión. Pero es su capacidad de transmitir calidez en las cabañas tradicionales y en las cubiertas más vanguardistas lo que convierte a la madera en el material más humano.
Auditorio Kilden. En Kristiansand, Noruega, los arquitectos ALA y SMS construyeron este auditorio. El voladizo de roble de la cubierta “separa la realidad de la fantasía”.