El caos institucional se ha instaurado en Venezuela. El presidente, Nicolás Maduro, anunció ayer que la Asamblea Nacional Constituyente, se trasladará a otras dependencias. Mientras, en el Palacio Federal Legislativo seguirán las sesiones de un hemiciclo de mayoría opositora desde finales de 2015. Una situación inédita de organismos paralelos que ahonda en la grave crisis que sufre el país.
Venezuela tendrá de momento dos Parlamentos. Maduro indicó que la Asamblea Nacional Constituyente tendrá una sede en la Casa Amarilla, sede del Ministerio de Exteriores, y en dos teatros cercanos, el Bolívar y el Principal, cercanos al Parlamento, que controla la oposición. Esta inédita situación confirma el caos institucional en la que está sumida Venezuela tras la convocatoria del llamado “poder originario” para que redactar la nueva ley fundamental impulsada por el chavismo.
La ex canciller Delcy Rodríguez, quien preside la nueva Asamblea, agradeció el gesto del jefe del Estado. Allí sesionará la llamada comisión de la verdad, que ha puesto en el punto de mira a los líderes opositores. Maduro pretende convocar a la oposición incluso por la fuerza, para que comparezca ante esa comisión y que cesen las manifestaciones que mantienen en jaque al Gobierno desde abril.
Mientras, el Parlamento controlado la oposición, retomó ayer sus sesiones y votó un acuerdo que ratificó la vigencia de la institución. Las vacaciones parlamentarias comienzan el 15 de agosto, pero la oposición se prepara para no abandonar el espacio recuperado. A partir de esa fecha, según el responsable de la fracción de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Stalin González, se reunirá la comisión delegada, compuesta por los presidentes y vicepresidentes de las permanentes.
Mantenerse en la sede del Parlamento no es el único problema que afronta estos días la MUD. Entre ayer y hoy, la oposición debía tomar la decisión de inscribirse o no a las elecciones regionales, convocadas por el Consejo Nacional Electoral para diciembre. La disyuntiva ha quebrado la unidad. Una parte del movimiento opositor considera que no puede participar en unas elecciones convocadas por el Gobierno tras las denuncias de fraude que pesan sobre los comicios en los que fueron elegidos los diputados de la Constituyente el 30 de julio. Otra parte de la oposición, por el contrario, apuesta por participar para disputarle la mayoría que el régimen mantiene en las regiones (20 de 23 gobernaciones). De momento dos partidos políticos, Acción Democrática y Avanzada Progresista, han anunciado que inscribirán a sus candidatos.