Eran las nueve de la mañana y más de 50 personas ya estaban formadas en las taquillas del Acuario ayer en la apertura al público. Una hora pasó para que por fin abrieran las taquillas. Para entonces la fila ya rondaba las 100 personas, la mayoría de ellas, jóvenes y adultos.
“Llevo media hora esperando para llegar a la taquilla”, dijo una señora a esa hora, acompañada de su esposo y su hijo, de 22 años.
A pesar de que la fila avanzaba rápido, los espectadores se seguían sumando para no perder la experiencia de ver las más de 300 especies de flora y fauna acuáticas.
Mientras esperaban en la fila, señoras sacaron su paraguas para cubrirse del sol, que ya comenzaba a sentirse fuerte, mientras otras esperaban sentadas, a la sombra de la plaza Altacia.
Del otro lado, jóvenes, adultos y niños salían con una gran sonrisa tras la experiencia, algunos, conformes con lo que habían observado; otros, asegurando que faltaban más especies para hacer más atractivo el recinto.
“Nos gustó mucho, es algo nuevo que los niños se entretienen, aunque creo que le hará falta especies más grandes, y los pingüinos”, expresó Fátima López, que no dudó en recomendar el acuario como entretenimiento para los pequeños y no tan pequeños, pues serviría, además, para aumentar los conocimientos sobre las especies.