Hoy, a las 1:14 de la tarde, se cumplirá un año del segundo terrible sismo registrado en la Ciudad de México y que dejó 369 víctimas oficiales. El primero ocurrió hace 33 años, el mismo día, a las 7:19 de la mañana.

Rescatistas de Silao y León, que tuvieron la oportunidad de ayudar y rescatar con vida a personas que serían abandonadas entre los escombros por otras brigadas, recuerdan con nostalgia cada instante vivido hace un año.

Raúl Islas, psicólogo, paramédico y consultor de Protección Civil en León, dijo que si tuviera que definir todo lo de aquella tarde en una palabra, sin duda sería “Amor”.

“En un sentido más esotérico, las personas vivas están vivas gracias a que otras quieren que eso suceda… sacar personas de espacios confinados, de una explosión, de un coche donde están prensados, no puede ser por otra cosa más que por el amor”, dijo.

Para Raúl y Jorge Aguillón, ex titular de Protección Civil de Silao, quienes ayudaron de manera psicológica a 4 personas atrapadas en el edificio de Álvaro Obregón 286, la mejor parte de la experiencia fue poder verlas salir con vida.

El caso que tiene muy presente Raúl es el de Martín Mendoza, ya que en un momento llegó a resignarse a morir, pero al final pese a una lesión que tenía en su pierna se aferró a vivir y pasó a ser uno de los 28 sobrevivientes en dicho inmueble. Martín había acudido ese día a realizar un trabajo de cerrajería en el cuarto piso.

Andrea Salazar, ex voluntaria de Cruz Roja y licenciada en Hotelería y Sistemas Turísticos, originaria de la Ciudad de México, platicó que desde que a sus familiares le tocó ayudar en el sismo de 1985, ella estaba decidida a hacer lo mismo si volvía ocurrir.

Por ello, en cuanto se enteró de la desgracia mientras estaba en León, se unió a la brigada de Raúl para acudir a brindar apoyo.

“Aunque lo veas por el televisión es muy diferente estar físicamente en el lugar, personalmente me quedé helada. Ver la ciudad muerta, colonias como la Condesa y Roma paralizadas fue muy triste, pero sobre todo ver el edificio colapsado fue bastante fuerte, me quedé helada y me dieron muchas ganas de llorar”, recordó.

Para ella, el caso de Diana Loana, en el que pudo intervenir y cuyo momento del rescate por los bomberos Humberto Barroso, Héctor Ramírez y Enrique García se viralizó en redes sociales, fue el más impactante.

A decir de Andrea, el hecho de que una persona después de 17 horas atrapada, de no saber si va a sobrevivir y no saber nada de su familia, tenga la fortaleza de salir, llorar por unos segundos y responder con toda calma, es impresionante.

 

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