No más William. Basta. Se acerca el momento de partir, de decir “gracias”, y también; “De nada”.

Vete como ídolo, vete querido, no lo hagas como uno más, que tu último juego sea espectacular, inolvidable, como aquellos en 2013, 2014 y la mayoría del 2015. El crédito se acaba William, son errores que arrojan insultos que no mereces, que no encajan con tu historia como felino.Eres de los que brincó de segunda a primera, sin paso previo por el Ascenso, le rompiste los ojos a Gustavo Matosas, sentaste a un Melitón que entendió en ese momento, que era mejor irse y dejar su nombre intacto, como el arquero que atajó para el ascenso. Luciste en el primer título, de hecho, nadie recuerda que tú iniciaste el 1 a 0 de Boselli en el Azteca. Un semestre después, la rompiste en el segundo título, ahí fuiste más que un tal “Conejo” Pérez, hasta canchereaste cuando en los últimos minutos te dejaste caer por un trapazo, que casi detona la bronca ante los Tuzos, ¿Recuerdas?

También paraste en Copa Libertadores, en aquel Maracanazo ante el Flamengo, en Bolivia, en la cancha del Emelec. Vaya, un curriculum que otros arqueros, que iniciaron antes, envidian. Para acabar pronto, tu nombre está ahí, junto al de Sergio Bernal, ex Puma, como los únicos guardametas bicampeones en torneos cortos.

William Paul Yarbrough Story, tipo callado, tímido, con valores bien ejecutados, de buen habla, bilingüe, material aún de Selección Estadounidense, veloz, de buenos reflejos y hasta me atrevo a decir, ataja penales. Cartas hay, números y logros no se diga, pero ya, fue suficiente bajo los tres palos esmeraldas William. Creo, que no mereces más insultos, más agresiones.

Es tiempo de que Cota haga su historia con el León, sin opacar la tuya. Es tiempo de buscar otros objetivos, otros colores, otra afición. Antes, en aquellos torneos en donde eras indiscutible y salvabas partidos, hablabas con nosotros, nos citaban media hora antes al entreno para entrevistarte y todos íbamos. Charlábamos sin problema de los triunfos, las derrotas, los errores y las convocatorias. Hoy, por alguna razón, estás enojado con la prensa, indignado quizás, no lo sé, algo pasó. Eso sí, siempre respetuoso con el “Buenos días” y alguna vez carrilla: “Ya te vi Oseguera, muy tronco eh… “, lo recuerdo.

Todos tus entrenadores te han bancado, todos, hablan maravillas de ti como profesional, hasta cuando tomas una decisión errada como la del pasado juego o como aquella extrañísima contra América, que te mandó al fondo de las redes.

No más William, que la frase “hizo un Yarbrough”, desaparezca.

PD. Con William, Cota y Pozos, entrena el chamaco Bernardo Aguilar Manzo, 17 años de edad, de San Luis Potosí, pero canterano esmeralda desde la Sub 13. Ya jugó con la Sub 20 y me dicen, tiene tablas para pensar que puede brillar en su carrera. Es chino, como Memo Ochoa y hoy le aprende a Cota, Pozos y al protagonista de esta columna.

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