Hoy se requiere que muera este equipo que a nadie gusta y que renazca la Fiera. 

El León sufre en estado de coma, con muerte cerebral y sólo se cuentan los minutos para hacer oficial su deceso en este torneo.

En sus últimos dos juegos, La Fiera desperdició ese oxígeno extra que le regaló el sistema de competencia y en contraparte, prefirió vivir entubado a una respiración artificial para únicamente cumplir con el trámite de dos jornadas que serán largas ante Chivas y Pachuca.

Dicen que entre un Torneo de Apertura y uno de Clausura no se acostumbra a realizar muchos movimientos en el plantel de los clubes de la Liga MX, pero si la directiva esmeralda está confiada que con estos mismos jugadores y cuerpo técnico pueda hacer algo totalmente distinto al fracaso de la actual competencia, entonces existirán amplias posibilidad de tropezar de nueva cuenta y con la misma piedra.

Ignoramos qué tanta rabia le pudo haber generado a la directiva leonesa la actuación del equipo en Guadalajara contra el Atlas, no sabemos si mucha o poca, o nada, tras un cero a cero digno de un ‘no me recuerdes’ ante muchos que en verdad la ‘recordaron’.

Y quizá lo sepamos en la medida que veamos el uso del bisturí para abrir y llegar a las entrañas de La Fiera, diseccionar para extirpar los tumores que afectan este rendimiento que decrece partido a partido.

Lo hemos visto todos a lo largo de un año y se evidenció contra Puebla y ante los Zorros en duelos donde se tenía en juego la vida y se peleó sin espíritu.

En este León hay patas sin fuerza que no avanzan, garras que no desgarran, colmillos que no cortan, cerebro sin la inteligencia para hacer presa a los rivales, rugidos que no se escuchan como estruendos y curas que no surten efecto. Y lo peor de todo es que vienen doctores, cambian doctores, pero ya no pasa nada.

Nacho Ambriz no es el técnico para la esencia de este equipo y también, claro está, se tienen jugadores que llegaron sin nada en sus botines y otros tantos que ya lo dieron todo en los mismos. Pocos se salvan luego de un año sin Liguilla. Pocos.

Hoy no se necesitan dos triunfos en los partidos que faltan, porque ahora no es preciso dorar la píldora y levantar cortinas de humo vendiendo la idea de que el siguiente torneo será mejor teniendo lo mismo.

Hoy no se necesita lamer heridas, se requiere que vengan las dos jornadas restantes para que muera este equipo que a nadie gusta y que se renazca en una verdadera fiera.

Twitter @geraslugo

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