Cucarachas, gusanos, un ratón, vellos y cabellos son las principales presencias en alimentos preparados y envasados que guanajuatenses han encontrado al comprarlos para su consumo.

Desde el 2015 hasta la fecha, la Dirección General contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG) ha recibido 175 denuncias contra establecimientos dedicados a la venta de alimentos por malas prácticas de higiene. 

Del total de las quejas, sólo se suspendieron de manera temporal 12 negocios, pero ninguna clausura. 

Estos son los establecimientos

Los principales giros comerciales señalados son tiendas abarroteras, tortillerías, carnicerías, venta de alimentos (locales, cocinas económicas, puestos, restaurantes, taquerías, carritos), pollerías, pastelerías y panaderías

Con menos denuncias, una cafetería de franquicia estadounidense, un restaurante de alitas, una refresquera, una productora de pollos y empresas de venta de frituras y lácteos.

Pero las quejas no sólo son por mala higiene directa en la comida, también por presencia de ratas y cucarachas en los comercios, exceso de basura, malos olores, descargue de agua sucia, falta de agua potable, suciedad, productos caducos y alimentos en estado de descomposición.

Cucarachas en todo

Entre las quejas señalan la presencia de una cucaracha en una cerveza, en un yogur, en chiles habaneros, en pan para hamburguesa, en un té chai y en una ensalada. Además de un ratón en un vaso de mole, un gusano en un queso, un clavo en una pizza y vidrios en otro alimento.

La mayoría de los alimentos preparados presentaron cabellos, vellos de axila o púbicos, moscas y mal sabor al parecer por descomposición. 

En 2015 se registraron 35 quejas, para 2016 aumentó a 43, el año pasado fueron 55, mientras que en lo que va del 2018 suman 42; estas denuncias se concentraron en 22 municipios, resultando León con el mayor número de inconformidades, con 57.

Aseguran atención a denuncias 

Luis Carlos Zúñiga Durán, director general contra Riesgos Sanitarios, aseguró que las denuncias ciudadanas contra este tipo de establecimientos se atienden de manera inmediata para detectar riesgos contra la salud y aplicar las medidas de seguridad. 

Además, dijo que los verificadores trabajan con un programa de calendario anual para realizar visitas permanentes y aleatorias para la supervisión de establecimientos.  

“El proceso administrativo inicia con una visita, cuando se identifican situaciones de riesgo a la salud se aplica una medida de seguridad, es decir, una suspensión temporal de la producción del establecimiento o de la venta, no quiere decir que sea una clausura, ése es un término legal que se le da al final de toda una instauración de procedimiento administrativo”, señaló. 

El director mencionó que el objetivo es evitar que la situación de riesgo esté en contacto con la ciudadanía. Por ejemplo, si es producto se retiene y se destruye, pero si es el establecimiento, se suspenden las actividades hasta que se subsanen las acciones que estaban poniendo en riesgo la salud del consumidor. 

Tipos de supervisiones

Explicó que existen dos supervisiones: la visita por inspección visual, en la que se ubican situaciones de malas prácticas de higiene, como la falta de limpieza, carencia de agua, presencia de fauna nociva, productos caducos, alimentos en estado de descomposición, mal almacenaje de alimentos y no tener los elementos propios de refrigeración. 

Y la muestra de alimentos enviadas al laboratorio, donde se determina si están contaminados e iniciar la aplicación de medidas de seguridad. 

“Se da la oportunidad para que se subsanen los riesgos de salud para que continúen con su fuente de ingresos. Por ejemplo, una de las situaciones frecuentes es la falta de agua corriente, y se puede buscar la alternativa como el gel antibacterial o toallitas húmedas”

Prácticas de higiene

Zúñiga Durán comentó que se atiende la denuncia sobre el producto o directamente con el fabricante o el productor, donde se verifican las buenas prácticas de higiene.

“Donde se tiene un poco de pendiente de contaminación es en los alimentos artesanales envasados cuyas pruebas de calidad a veces no son los más puntuales. Hay otros casos como en latas, si salió un animal se revisa el número de lote y se retira todo ese lote del mercado, incluso a nivel nacional”. 

Mencionó que se debe considerar la importancia del manejo del producto, ya que en ocasiones al momento de abrirlos puede caer cabello o un bicho y aparentemente pareciera que venía en la lata.  

“Hay situaciones que el consumidor abre el producto y sale con algún problema, nos lo hacen saber, visitamos la empresa y rastreamos el número de lote para identificar si hubo algún problema como la pérdida de energía, falta de control de calidad, etc.; éstas y otras situaciones pueden suceder durante la elaboración del lote, y esto se puede hacer a nivel local o federal”, detalló. 

La recomendación 

El funcionario hizo un llamado a la ciudadanía a observar el lugar de consumo previo a la compra de alimentos.

“Si está sucio, la persona que atiende no usa ropa limpia, está mal aseado, tiene las uñas largas, no hay agua; la primera recomendación es no consumir, ya que el primer responsable de la salud es uno mismo. Si estamos viendo que las condiciones no son las adecuadas, sería mejor retirarse porque las condiciones higiénicas repercuten en la condición de los alimentos”, indicó. 


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