Una mujer mantuvo dos años escondida a su hija en un sótano y en la cajuela de un auto. La dejó minusválida.

Este caso de maltrato infantil salió a la luz en Francia, en 2013. Ahora vuelve a acaparar reflectores por el juico de la madre, Rosa María Da Cruz, que enfrenta una pena de hasta 20 años de prisión.

El cargo que le imputan es de violencia contra la menor, sobre todo por dejarla con una discapacidad permanente.

Mecánicos la encuentran

Este caso es conocido como Séréna, por el nombre que la mujer le dio a su hija. Fue descubierto cuando unos mecánicos abrieron la cajuela del auto que Da Cruz llevó a un taller de la localidad Terrasson Lavilledieu, tras escuchar ruidos provenientes del maletero.

Uno de los mecánicos describió la imagen de la niña como “una escena de terror” porque la menor estaba cubierta en excrementos, incapaz de mantener la cabeza erguida y “pálida como un fantasma”.

Tras ser revisada por servicios de emergencia, dijeron que pudo haber muerto en poco tiempo de haber seguido encerrada.

Este mes la niña cumplirá siete años, aunque su vida quedó marcada para siempre. Un estudio realizado en 2016 muestra que tiene “un déficit funcional de 80%” y “un autismo probablemente irreversible“.

El inicio del maltrato

Séréna nació el 24 de noviembre del 2011 en Brive la Gaillarde, Francia. Da Cruz ocultó el embarazo, incluso del padre de la niña.

Tras dar a luz a solas, la madre dejó a la bebé en el sótano de su casa. Y luego optó por tenerla en la cajuela de su vehículo la mayor parte del tiempo.

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