Muy pocos llegaron a imaginar ver el partido que paraliza la competición nacional dos veces al año en la gran final del torneo continental: la Copa Libertadores de América. Y es que el escenario es tan singular que el partido atrajo la atención de cualquier fanático respetado en el mundo del fútbol que sintiera una mínima curiosidad, ya sea por el encuentro en sí o por ver al próximo representante del nuevo continente en el próximo Mundial de Clubes, y entender lo que esto significa para todos los locales.

Sea cual sea la razón que lleva a presenciar el duelo más hermoso y apasionado del futbol argentino, sin duda se puede apreciar lo que viven las hinchadas en los 90 minutos que el balón rueda por el verde césped de la Bombonera o el Monumental cuando el millonario y el xenienze disputan un nuevo encuentro.

El 11 de Noviembre se ha vivido una previa de más de 12 horas debido al aplazamiento del partido del sábado por la lluvia, así como todo tipo de debates sobre el desarrollo de jugadores, árbitros, hinchada y hasta recogepelotas. Se esperaba ver una Bombonera llena y activa desde muchos minutos antes de iniciar el encuentro y que los hinchas no parasen de gritar por cada balón disputado y goles anotados así como un silencio absoluto si marcaba el eterno rival. Un partido sin visitantes, donde la posibilidad de conflicto que este clásico de barrio podía generar quedó reducida a la mínima expresión, y fue sustituida por lo que todo el mundo quería ver: un encuentro donde las escuadras se dedicaron a jugar y no a llevar el espectáculo a instancias extra futbolísticas.

El resultado de todo fue sencillamente espectacular: un partidazo en toda ley, donde un equipo jugaba basándose en el colectivo y el otro luchaba con goles y oportunidades claras. De más está decir que para la vuelta esperamos un escenario igual o mucho mejor, donde ya no hay más tiempo que el de media hora extra o penaltis para decidir al monarca de la región.

River parte como ligero favorito (info https://www.betway.pe/deportes) tras haber cosechado un gran resultado en terreno visitante, con un estadio en contra y donde pudo reponerse dos veces del marcador adverso, encontrando en Armani un salvador en el mano a mano con Benedetto donde más de uno tuvo que tragarse el grito sagrado. La obra de teatro tendrá los mismos protagonistas pero se desarrollará en un nuevo templo, donde el azul y oro va a ser drásticamente cambiado y la sensación de ser once contra más de 60 mil fanáticos, según entradas vendidas, la sentirá Boca Juniors en su piel con toda seguridad.

Y de esta manera terminará el capítulo más apasionante de este año después del Mundial. El desenlace de la Copa Libertadores se acerca. River o Boca, suele puede haber un ganador, pero sin duda lo que ha ganado es el futbol argentino.

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