Jhon Allen Chau, de 27 años, quería llevar la palabra de Dios a un población indígena en la isla Sentinel del Norte, en el archipiélago de Andamán, ubicado en India; esta es conocida como una de las tribus más peligrosas y aisladas del mundo.

A pesar del peligro, el 15 de noviembre el misionero consiguió que unos pescadores lo llevarán cerca de donde se encontraba la tribu. Después, tuvo que hacer el resto del viaje solo en una canoa.

Su primer encuentro no salió como esperaba. En su diario, Jhon escribió que fue atacado por los indígenas desde el primer momento. Con tristeza, escribió que uno de los chicos que le dispararon flechas parecía no ser mayor de 10 años. La Biblia que llevaba frente a su pecho lo salvó la vida en esta primera visita, pues una de las flechas se incrustó en ella.

“Me persiguieron. Tuve que nadar casi una milla de vuelta al bote (…) Padre, perdónalo a él y a cualquier persona en esta isla que trate de matarme… y especialmente perdónalos si tienen éxito”, se puede leer en las últimas anotaciones que hizo en su diario.

 

Ignoró prohibición

A pesar del riesgo y consciente de que podía morir, Jhon volvió al día siguiente para intentar evangelizar a los miembros de la tribu.

El 18 de noviembre, un grupo de pescadores pudieron ver como la tribu arrastraba el cuerpo sin vida del misionero, cubierto de flechas; no ha podido ser recuperado, debido a la agresividad de los aborígenes.

Autoridades del archipiélago han prohibido intentar acercarse a esta tribu que ha habitado la isla desde hace 60,000 años, pero Jhon no hizo caso a la prohibición.
 

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