Era 2011, cancha de entrenamientos y juegos del hoy extinto Unión de Curtidores, su servidor, en una versión motorizada, llegaba a dicho campo para recoger reacciones de los cuereros, luego de un fracaso más en la segunda, una categoría por demás complicada; con escenarios improvisados, pocos estadios, vestidores que apestan, agua fría y bajos salarios.

Aquella mañana los jugadores salían destrozados rumbo al bulevar La Luz, eran ‘El Chore’, ‘El Choco’, ‘El Esqui’, ‘El Madri’, entre muchos otros.

“Yo creo que ya le paro, ya estuvo…”, fueron algunas palabras que me tiró este chavo, al que comparaban con Woody, el de Toy Story, y no por usar botas.

Después de dos de prensado y una de picadillo con la doña que vive enfrente de la cancha, me despedí de esos jóvenes que meses o años antes, había visto forjarse en las filas de La Fiera. De hecho, Woody, recuerdo fue presentado en el 2009, creo, como la promesa esmeralda en los inicios de la era Batarse. Y sí, su buen pie, buen recorrido y verticalidad, hacían pensar que este leonés llegaría al primer equipo tarde o temprano, junto a un tal Aldo Rocha.

Semanas después de aquellas “quecas”, me topé con ‘El Madri’ en un estacionamiento del centro, charlamos como 5 minutos de fútbol, del León de sus amores, del Unión y de otras cosas. Lo vi con un folder, zapato boleado y camisa, ahí pensé, “algo no encaja”. Y sí, todo tenía sentido.

“Estoy trabajando, mi Omar”, me dijo.

Era un jugador más que se cansó de los largos viajes en camión, de la falta de pagos, de pasar hambre, de compartir cuartos con hasta tres o cuatro compañeros y de muchas promesas de directivos y entrenadores. ‘El Madri’, estaba derrotado.

Por fortuna, su madre lo convenció de intentarlo de nuevo. Regresó a la Segunda, defendió al Real Cuautitlán y después llegó Ricardo Rayas, el DT con el que casi se corona en el último Unión de Curtidores que existió. Rayas, también leonés y ex panza verde como jugador, le prometió a él y otro grupo de chavos, llevarlos al Ascenso, y les cumplió.

Fue ahí donde ‘El Madri’ reinventó su carrera, fue estelar con Alebrijes, visto y adquirido por el Pachuca, debutó el primera y luego, ante la presencia de los Chucky Lozano, Gutiérrez y Pizarro, recaló en Mineros, con la esperanza de volver al León en alguno mini Draft del Grupo Hidalguense. Nunca pasó.

En Zacatecas también fue referente, maduró como futbolista y en junio de este 2018, lo compró el Atlético San Luis. Hoy, luego de una final perdida con Mineros, este leonés es campeón por fin en el Ascenso Mx y como medio por derecha, ya no como contención.

No digo que el fútbol haya sido injusto con Woody Madrigal, simplemente así le tocó andar por los empastados, resistiéndose a la frustración.

PD. ¿No debería contratarlo el León? Claro que debería, pero no pasará, Fer tiene una historia que escribir en tierras potosinas.

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