Estados Unidos entró en un escenario político incierto con el arranque este jueves del nuevo Congreso, resultado de las elecciones legislativas del pasado 6 de noviembre, en las que los demócratas lograron la mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado quedó en manos republicanas.

La primera decisión de la jornada fue la elección de la veterana congresista demócrata Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes, a la que entró sonriente. Es ya la tercera autoridad del Estado, solo por detrás del presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence. Pelosi, de 78 años, ya ocupó el cargo entre 2007 y 2010.

Consecuencias para Trump

Trump ya no domina todas las ramas del poder federal. El presidente más divisorio e incontrolado trata de arrebatar la iniciativa a la Cámara baja. De la resistencia de Trump a soltar las riendas da fe su empeño en mantener el foco en la inmigración: no cede en la construcción del muro con México, que ha provocado el cierre parcial de la Administración, y, de paso, apremia a los demócratas a definir su posición en un asunto que será clave en 2020.

Los efectos del cierre del Gobierno se agravan cada día que pasa, con cientos de miles de funcionarios federales en su duodécimo día sin sueldo. El presidente volvió a colocar la política migratoria en el centro de todo, haciendo depender la reapertura del Gobierno de la financiación del muro con México, su promesa electoral estrella y línea roja para los demócratas.

El plan de estos para cuadrar el círculo consiste en impulsar dos proyectos de ley: uno que dotaría de fondos al departamento de Seguridad Nacional, sin incluir partida alguna para construir el muro, y otro con seis medidas para financiar hasta el final del ejercicio fiscal otras agencias federales bloqueadas. Las dos leyes, que difícilmente superarán el trámite en el Senado, sitúan la presión en el lado republicano. Pero, con la línea roja del muro, la solución se antoja complicada.

Choque de ideas

Buena parte de los nuevos congresistas, entre los que hay inmigrantes de primera y segunda generación, lograron sus escaños con programas que incluyen medidas muy tolerantes con la inmigración, o incluso directamente la abolición de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas.

Pero otros, aquellos que lograron sus escaños en distritos que votaron a Trump en 2016, abogan por reforzar la seguridad en la frontera, siempre que sea con medidas razonables y eficaces.

SIGUE LEYENDO

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *