En Argentina, a una niña de 12 años que presentaba un embarazo de 23 semanas tras haber sido víctima de violación, se le realizó una intervención después de que la justicia argentina le ordenara a los médicos que le practicaran una cesárea; después de haber dado a luz, la bebé murió.
La cesárea se le realizó a las 8:30 de la mañana en el hospital Materno Infantil “Héctor Quintana”, los médicos informaron que la bebé pesaba 703 gramos y en caso que lograra sobrevivir, sería dada en adopción sin tener contacto alguno con la madre.
Según informes del gobierno de Jujuy, los padres solicitaron a las autoridades la interrupción legal del embarazo ya que se registró en condiciones muy dolorosas para la menor.
El caso se convirtió en un tema relevante en Argentina, ya que los médicos del hospital se habían negado a realizar el aborto, pese al fallo de la Corte Suprema, que ordenó la realización del proceimiento de cesárea para el pasado 18 de enero.
El Ministerio de Salud de Jujuy y los médicos justificaron el por qué se negaban a realizar el procedimiento ordenado por la corte e insistieron que existe un vacío legal respecto a la interrupción legal y las formas de realizarlo.
Después de especulaciones y confrontaciones, el hospital declaró a través de un comunicado lo siguiente:
“La Dirección del Hospital Materno Infantil ‘Dr. Héctor Quintana’, informa que a las 20.30 del día de la fecha, en el Servicio de Neonatología, falleció el recién nacido, cuyo caso, de público conocimiento, fue informado oportunamente por este nosocomio el pasado viernes 18 del corriente.”
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