En 1985, Bertha Loaiza tenía tan solo 3 años cuando su madre quien en ese entonces tenía 26 años, tomó la decisión de tomarla entre sus brazos y saltar desde un puente en San Diego, Estados Unidos; siempre le hicieron creer que su madre muró en un accidente automovilístico y lo creyó, hasta que descubrió la verdadera razón de la muerte de su mamá.

De acuerdo con información del portal de noticias BBC, siempre creyó lo que sus familiares le decían sobre la muerte de su mamá, por lo que ella no creía necesario investigar a fondo lo que realmente había pasado y que ella, había sobrevividod e manera milagrosa.

Cuando Bertha tenía 5 años, acudía con el médico para tratar las consecuencias que había dejado el supuesto accidente ya que debido al impacto, su cuerpo quedó torcido y casi perdía la vista de un ojo y ella seguía preguntándose dónde estaba su mamá.

Ella era hija única, su padre se separó de su madre y dejó a Bertha ya que consideraba que iba a poder tener mejor oportunidad de vida si se quedaba con su familia materna que es mexicana, por lo que no tuvo contacto con su padre.

Creció con sus abuelos y una tía, hermana de su mamá, iba a la escuela, salía con sus amigos, iba a fiestas de cumpleaños y realizaba otras actividades, lo que la hacían vivir una vida normal, aún sin tener a su madre, sin embargo nunca se imaginó que la verdadera causa de la muerte fue por suicidio tras sufrir depresión.

Una cinta VHS le reveló la verdad

Cuando tenía 17 años, se encontraba haciendo la limpieza de la casa en compañía de su abuela, encontró una cinta VHS sin título, por lo que decidió reproducirla en la televisión para ver de qué era y ver el por qué no le escribieron nada.

El VHS era una grabación de un reportaje de noticias de un canal local de San Diego, en el que salía ella de pequeña caminando en su escuela de preescolar, el reportero mencionaba que había sobrevivido a una caída del puente de Coronado y se encontraba más recuperada y que ya podía caminar mejor.

El video seguía reproduciéndose y ella seguía apareciendo mientras caminaba sin entender el por qué ella aparecía ahí, creía que había pasado un error y mientras se daba el reportaje, se había colado el video del festival de Halloween de su escuela.

“Pensé que era un error, no podía creer que mi historia era esa.”, menciona Bertha.

Bertha menciona que por lo que le han contado, había varias familias disfrutando del mar ese día y oyeron a gente gritando, en los barcos decían que cayó una mujer,, que cayó una bebé, luego veían que sacaban a la mujer del agua pero a ella no.

Le contaron que un barquero la tenía abrazada en una chamarra y llamó a la ambulancia y fueron trasladados al hospital, su madre murió allá y ella sobrevivió.

Todo era confusión para ella

Bertha sintió soledad cuando se enteró de la verdad pese a estar rodeada de tanta familia, sentía tanta confusión porque pensaba que si antes no conocía bien a su madre, ahora menos la conocía.

Veía una y otra vez el video tratando de procesar lo que había visto, creía que era un sueño pero el video seguía mostrando la misma historia; a los tres días de enterarse de la verdad, tuvo un convivio con su familia y les contó con pena lo que había encontrado.

“Toda mi familia me repitió que no habían sabido como decírmelo, Yo les dije que no había problema, que yo no estaba enfadada, pero que estaba muy confundida. Ellos se ofrecieron a resolverme cualquier duda, pero insistieron en que mi madre me quería mucho y que yo no tenía que sentirme culpable por ser parte de esto. Me dijeron que algún día lo entendería… y ahí es donde estamos ahora. Creo que mi familia no me lo contó antes para protegerme, para no tener que cargar con esa tristeza cada día, para evitar que tuviera pesadillas, y la verdad es que no tengo reclamo ni resentimiento hacia ellos, creo que todo pasa cuando debe pasar. Si a los 17 años tuvee se shock, ya hora 20 años después aún cuento la historia y es muy emocionante para mí… imagino que entonces no habría podido aguantar el golpe, siendo tan chica.”

No sabía que su madre sufría de depresión

Los familiares de Bertha le explicaron que su madre estaba muy enferma.

“Me hablaron de la depresión que ella estaba pasando y que ya tenía años batallando con eso. Que la mente es complicada y que ella padecía muchos problemas mentales. Tenía visitas a psiquiatras pero entonces no se conocía tanto como sabemos hoy. Yo no entendía, no sabía sobre trastornos mentales. No entendía por qué ella tomó su vida y menos qué relación tenia yo, por qué yo estaba involucrada, y eso creo que fue lo más confuso para mí.”

“Pasé por varias fases. Al principio sentía la necesidad de gritarle al mundo que yo sabía la historia, que ya estaba todo bien y que iba a aclarar las cuentas pendientes. Pero no fue así. Fui a grupos de apoyo y eventos de la comunidad y escuché cómo otros habían perdido a sus seres queridos desde el mismo puente. Yo les conté cómo había perdido a mi madre. Hasta entonces no sabía la atención que los medios de comunicación le habían dado al caso de mi madre, hasta que vi que la gente me reconocía y recordaba mi historia, ahí fue donde empecé a subir las paredes de nuevo a mi alrededor.”

Bertha dejó de participar por varios meses en ese tipo de reuniones, aún sabiendo que fue un suicidio, se sentía incómoda porque no se hablaba de ellos abiertamente, simplemente no se aceptaba.

“Pensé, no, no, yo me escondo porque me van a hacer preguntas que ni sé responder. Y para evitar volver a hacer pasar a mi familia por tanto dolor o preguntas de extraños… no, mejor me escondo.”, cuenta Bertha.

Por ser un tema delicado y no ser aceptado por la sociedad, Bertha decidió que mejor regresaría a la explicación del accidente automovilístico porque ella no podía entender la depresión.

“Era mucho lo que tenía que procesar y aprender. Aunque realmente no creo que sea algo que se termine nunca de procesar. Por más que hable de esto a diario, al final del día yo tengo que llegar a la casa y aún no tengo a mi madre conmigo. Esa es mi realidad.”

Aprendió a hablarlo de frente y en alto

Llegó a un punto donde tuvo su momento de claridad, vio a gente que iba a esos grupos y hablaba para desahogarse, lo que la ayudó a entender que no era la única que sufría de eso.

“Cuanto más iba aprendiendo sobre problemas mentales, más a gusto me sentía al hablar y pensar en salir a lo público y contar mi historia, porque creo que tenemos que seguir hablando de esto en alto. Fue durante los dos últimos años, que salieron más figuras públicas y artistas diciendo que había que romper el tabú sobre el suicidio, cuando di el paso. Trabajando en el centro de citas de San Diego de Kaiser Permanente, veía casi cada día mails sobre lo que la empresa hacía en cuanto a salud mental. Yo sentía que era casi como mi deber decir que esta era mi historia y que yo quería ayudar.”

Bertha fue invitada a participar en un proyecto web encuentraquedecir.org para informar sobre la depresión y sobre cómo ayudar a quien la tiene.

“Localmente participo en organizaciones que ayudan a quienes han perdido personas en suicidios y comparto mi historia cuando me dan oportunidad. Para mí, es un recordatorio de que sí existe este problema, pero que también se puede prevenir y que hay cosas que podemos hacer. A todo el mundo le recuerdo lo mismo: las enfermedades mentales no son culpa de nadie, ni de uno mismo.”

En la actualidad, Bertha está casada y tiene dos hijos y día con día trata de hacerle entender a las personas que la salud mental es igual de importante que la física.

 Hay que aprender cuáles son los síntomas, y si uno no se siente bien, hay que hablar con alguien de confianza o con el médico. Pero sobre todo, que no se den por vencidos, no es nada fácil pero sí se puede superar” 

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