La solución de la crisis en Venezuela no va a llegar por la vía de las Naciones Unidas tras el enfrentamiento escenificado por las grandes potencias mundiales en el Consejo de Seguridad del organismo.

Estados Unidos vio cómo Rusia bloqueaba, de la mano de China, la resolución que exigía al régimen de Nicolás Maduro que permitiese el acceso de la ayuda humanitaria y reclamaba la convocatoria inmediata de elecciones.

Poco después, las principales potencias occidentales rechazaron la contramoción rusa, que urgía a la comunidad internacional a comprometerse a respetar la soberanía venezolana.

Era la tercera vez en un mes que el órgano que vela por la paz y la seguridad mundial debatía sobre la situación en el país caribeño.

Washington, que junto a medio centenar de países respalda al líder opositor Juan Guaidó como “Presidente encargado”, recibió los nueve votos necesarios para que su borrador fuera aprobado. Pero Rusia y China, que apoyan a Maduro, recurrieron a su poder de veto en el seno del Consejo de Seguridad.

El texto estadounidense señalaba a Maduro como único responsable del derrumbe económico de Venezuela, además de pedir el ingreso de la ayuda humanitaria y la convocatoria de elecciones libres.

El proyecto de resolución de Moscú era muy distinto. No citaba la situación humanitaria y se centraba en poner en evidencia la inquietud por lo que llamó los intentos de intervención en asuntos internos, así como las amenazas de uso de la fuerza.

En este sentido, Rusia pedía una solución política y pacífica de la crisis. Y destacaba que Maduro su aliado en Venezuela es el único que tiene autoridad para solicitar la asistencia.

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