Ciudad de México.- El tomate mexicano que cruza la frontera con Estados Unidos tendrá que pagar un arancel del 17.5%.

Tras meses de negociación entre los productores y el Departamento de Comercio de EU, hoy venció el plazo para eliminar a aplicación del Acuerdo de Suspensión a la Investigación Antidumping a las Exportaciones Mexicanas de Tomate, vigente desde 1996.

Este producto agrícola es el tercero que más se exporta de México a Estados Unidos, después de la cerveza y el aguacate: solo en 2018, su comercialización sumó 2 mil millones de dólares.

El Gobierno mexicano expresó su “decepción y preocupación” ante la ausencia de un nuevo acuerdo que permita el libre comercio de este fruto.

La Secretaría de Economía estima que ante la imposición del arancel los productores mexicanos de tomates tendrán que elevar sus costos en 350 millones de dólares en el próximo año.

Se espera que muchos pequeños y medianos exportadores se vean imposibilitados de hacer frente a esta pesada carga financiera.

Cambio en EU

La Comisión de Comercio Internacional de EU comenzó hace más de un año un análisis sobre el acuerdo que eliminó los aranceles hace más de 20 años, después de que un grupo de productores de tomate de Florida acusara a los mexicanos de competencia desleal.

Desde entonces, ha sido latente la amenaza sobre la reinstalación de las cuotas a las exportaciones de este producto. Las negociaciones continúan, sin embargo, el Gobierno de Estados Unidos deberá evaluar si accede a un nuevo acuerdo o impone el arancel de forma definitiva, en un plazo que se extiende hasta noviembre de este año.

México ha estimado que este cambio en el comercio de tomate con Estados Unidos podría afectar a unos 400 mil trabajadores agrícolas y hasta un millón de mexicanos más que trabajan en la cadena productiva.

La mayoría se concentran en 17 de los 32 Estados, principalmente en Baja California y Sinaloa.

Además, la disputa podría elevar los precios del tomate en EU entre un 38% y un 70%, según la Secretaría de Economía de México, en un escenario donde uno de cada dos tomates que se consumen en territorio estadounidense es de origen mexicano.

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