En el marco del Día Internacional contra la Homofobia, Bifobia, Lesbofobia y Transfobia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió el miércoles pasado su segundo informe temático sobre personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (LGBTI). La primera vez que lo hizo, en 2015, el documento daba cuenta de los violentos crímenes por prejuicio de los que son víctimas las personas LGBTI en las Américas; en esta ocasión, el informe tiene un enfoque un poco más optimista, pues está dedicado al avance y retos en el reconocimiento de derechos.

En cuanto a los retos, uno de los más importantes es la recolección efectiva de datos desagregados por orientación sexual e identidad de género, un tema que desde Amicus hemos insistido y ante el cual desarrollamos la primera plataforma de denuncia de discriminación y violencia contra las personas LGBTI (Visible, disponible en https://amicusdh.org) La CIDH, como Amicus, insiste en que no es posible diseñar e implementar políticas públicas realmente efectivas, sin datos oficiales y confiables sobre las vivencias de personas LGBTI.

El documento es una buena noticia en el ámbito internacional, pues será una herramienta imprescindible como fuente de información fidedigna para la incidencia y el cambio social que se necesita hacia la igualdad. Mientras este informe era presentado esta semana, en la Ciudad de León, Guanajuato, tenía lugar otro suceso.

Se dio a conocer que una persona que afirma haber sido curado de homosexualidad, tendrá una conferencia en el Parque de Innovación, de la Universidad de La Salle, Bajío, una de las más importantes en Guanajuato. En estas conferencias, el personaje relaciona la homosexualidad con la drogadicción y el alcoholismo, y asegura que esta orientación sexual es reversible.

Una parte del alumnado lasallista comenzó a recolectar firmas, como muestra de su indignación porque las instalaciones de su alma máter albergaran un discurso que promueve afectaciones a los derechos de personas LGBTI, muchas de quienes estudian en la Universidad. En esta carta, solicitaban que el evento no tuviera lugar en el Parque Innovación.

Por su parte, la Universidad emitió un comunicado señalando que estas instalaciones son un recinto que está a disposición del público en general mediante, por ejemplo, contratos de renta, como el caso que mencionamos. Por ello, según dijo La Salle, la conferencia de la que hablamos “no necesariamente representa la postura de esta Universidad”.

A propósito de este suceso, hay quien pueda afirmar que la Universidad está en su derecho de no entrar en temas sobre los que no hay consenso social. Sin embargo, es relevante hacer alusión al informe que se mencionaba al principio, pues la CIDH es enfática en señalar que el reconocimiento y protección de los derechos humanos no se pueden supeditar a la aceptación social y, por ello, este argumento no puede utilizarse para justificar la violación de los derechos humanos de las personas LGBTI o para la difusión de discursos que los promuevan. Por el contrario, se deben buscar cambios culturales con la finalidad de que las personas LGBTI sean aceptadas y respetadas en sus respectivas identidades, expresiones e identidades.

Como lo pronunciamos desde las redes sociales de Amicus, lamentamos que un espacio universitario de la importancia de La Salle Bajío, donde han estudiado algunas de las personas que acompañamos legalmente y con las que colaboramos, haya desaprovechado una oportunidad para colocarse del lado de su alumnado LGBTI y para hacerles sentir seguras y seguros en un lugar donde ejercen su derecho humano a la educación y al libre desarrollo de la personalidad. Esperamos que en otros recintos se tomen en cuenta los estándares aquí mencionados y promuevan la aceptación de la diversidad, no su patologización.

Amicus, “Derechos Humanos por el cambio social”

 

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