León.- Para las empresas familiares que buscan trascender y hacer de su negocio un ejercicio rentable, la ecuación es simple: la planeación es la base para poder lograr grandes objetivos.
Una pregunta que puede ser crucial en la búsqueda de dichos objetivos es la de saber cuándo comenzar a planear la sucesión de la empresa. Lo recomendable es hacerlo desde el momento en el que nace el primer miembro de la siguiente generación que ocupará los altos cargos de la empresa, esto obedece al hecho de que el dueño de la empresa debe de tener la vista siempre hacia el futuro.
Según los expertos en estos temas, el plan de sucesión debe de trabajarse por lo menos durante 10 años, ya que no debe ser una decisión que se tome tan a la ligera, puesto que hay que evaluar detalladamente a los posibles candidatos, determinar quién de los familiares es el mejor no para la familia sino para la empresa.
Se cree que lo ideal es que el siguiente en tomar el mando sea el primer hijo varón, pero muchas de las veces éste no cuenta con las capacidades que demanda el puesto, algo que en muchas ocasiones no suele ser lo mejor.
Desaparecer, ese es el mayor riesgo que corren las empresas familiares que no desarrollan un plan de sucesión bien estructurado. Aquí 10 mandamientos que las empresas familiares pueden seguir.
- La sucesión como algo inevitable: En este caso el primer dueño debe de estar preparado mentalmente en que en algún momento de la historia dejará de ostentar dicho cargo, el tiempo y la paciencia serán los aliados perfectos para ello. La sucesión es el punto de equilibrio entre trascender o pasar una empresa olvidada. Un Consejo de Administración profesional es lo mejor que la empresa puede tener para la toma de decisiones, deja de lado al amigo contador o al primo abogado, trata de tener en este consejo personas ajenas al nexo familiar.
- “El panorama no es como yo esperaba”: Imagina que ninguno de tus hijos quiera tomar el cargo que tú heredarás ¿qué hacer ante ello?. Lo primero es tomarlo con calma, ya que el pánico podría llevarte a hacer cosas de las cuales te podrías arrepentir. Ante tal panorama debes de considerar algunas alternativas como la fusión o la venta de tu negocio o parte de éste.
- Considera que la sucesión suele ser un proceso largo: Como cualquier proyecto que realizamos en nuestra vida, éste debe de ser ambicioso (entiéndase como algo que queremos llegue a buen puerto). Los expertos en estos temas, sugieren tener siempre en mente estos aspectos: contar con dos o tres posibles sucesores, no improvisar, anticiparse para garantizar el éxito del proceso y ajustar la sucesión a la realidad de la empresa.
- Involucra al sucesor con el medio que algún día liderará: Un buen líder se hace a base de conocimientos, por eso es importante que desde pequeño vayas involucrando de a poco a tu sucesor. Se recomienda llevarlo en tiempos libres que él tenga, como vacaciones, la idea es que se vaya familiarizando con todo lo que tenga que ver con el negocio, que los empleados lo vayan conociendo. También se recomienda que ya en una etapa casi adulta el sucesor prueba suerte fuera de la empresa, esto con el objetivo de que ponga a prueba y refuerce sus conocimientos.
- Analizar los tres enfoques: 1.- El legal: tener las cosas en orden, tanto en el protocolo como en los estatutos. Considera temas de divorcios, matrimonios y separaciones. 2.- El código familiar: las reglas de funcionamiento de la organización 3.- El humano: analizar y entender a las personas como sujetos, con necesidades, intereses, sentimientos, complejidades y envidias.
- La participación de todos los directivos es importante. La palabra de todos los directivos es importante, no dejes fuera de las decisiones trascendentales para la empresa a ningún miembro del consejo directivo, por muy insignificante que ésta pueda ser procura tomar en cuenta el punto de vista de todos. Recuerda que dos cabezas piensan mejor que una.
- Pensar en los otros… pero también en uno mismo. Este punto es clave para el fundador: el plan de sucesión debe considerar cuál será el futuro de quien deja el cargo. A veces solo se piensa desde el punto de vista de la empresa y de quién será el sucesor, pero es vital que el fundador o el padre piensen qué va a pasar con ellos cuando salgan del negocio, tanto en lo económico como en lo personal.
- Que tu plan quede registrado. Que tu idea de sucesión no quede en una simple idea; deja por escrito todo lo planeado. La intención es que todo quede bien estructurado para el momento que se lleva a cabo la sucesión. En este punto es clave responder una serie de preguntas: ¿por qué se hace?, ¿cuándo se hará?, ¿quién lo hará?, ¿quién será el próximo Director?, ¿qué requisitos debe cumplir?, ¿quién puede llenar el perfil, sea o no de la familia o de la empresa? y ¿qué papel tendrá del padre o fundador en el futuro de la empresa?
- Decidir la sucesión con el corazón… pero sobre todo con la cabeza. En este proceso se involucran tanto los sentimientos (de padre) como la razón (de empresario), pero la segunda debe predominar. Acude con consultores externos para que tu decisión sea objetiva. Elige al más capaz y, sobre todo, salvaguarda los intereses de la empresa y la unidad familiar. Dale prioridad al negocio y no la familia. Lo ideal es armonizar los dos intereses, pero cuando no se puede debe prevalecer el negocio. Esto augura la permanencia de la empresa y de la misma familia. Recuerda que si la empresa va bien, la familia va bien; si la empresa va mal, la familia va mal.
- La sucesión debe ilusionar a la familia. Es ideal que tanto en la familia como en la empresa prevalezcan los sueños del fundador. Comunica la razón por la que surgió el proyecto y transmite siempre los valores de la compañía. Así, además, lograrás que todos estén comprometidos con el proceso. Se recomienda realizar lo que se conoce como “concilio familiar”, que es una reunión, fuera del ámbito de la oficina o la industria, a la que acude todo el núcleo familiar. Aquí se generará una interacción entre todos los miembros que facilitará dos procesos: Informativo, para comunicar y transmitir los valores de la empresa de generación en generación. Formativo, para afinar planes específicos y discutir temas de actualidad (política, tecnología, crecimiento…) o de importancia para la compañía.
La cordialidad familiar es fundamental para que se dé el proceso de sucesión y también debe plantearse desde el inicio. No se trata de que no existan problemas, sino que existan y se resuelvan.
Con información de /www.entrepreneur.com