Tenancingo, Tlaxcala.- La trata de mujeres para ser explotadas sexualmente es una forma de vida.

En Tenancingo, Tlaxcala, este delito convertido en negocio, incluso se hereda de padres a hijos.

Algunas familias, como los Rojas Romero, aunque han sido investigadas por el gobierno de Estados Unidos desde 2000 por tráfico de mujeres de México a ese país, y tienen a algunos de sus miembros sentenciados en ambas naciones, todavía mantienen sus redes de operación, de acuerdo con documentos oficiales.

Una investigación de El Universal, en alianza con el espacio Por la mañana, de Ciro Gómez Leyva, en Grupo Fórmula, señala que la forma de operar inicia en Tenancingo, donde las mujeres son captadas a veces por las propias esposas de los padrotes y obligadas a ejercer la prostitución en hoteles y bares de Tlaxcala, Puebla, Morelos, Guerrero, Nuevo León y Texas.

Activistas y académicos buscan que en este municipio de 12 mil habitantes la trata se deje de ver como un estilo de vida.

Red de explotación

Cada hermano explota al menos a dos mujeres, una de ellas es la esposa.

Las esposas ayudan a reclutar a más mujeres para prostituirlas.

Hermanas y madres de los tratantes prestan su identidad para falsificar documentos oficiales.

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