Ciudad de México.- En la misa dominical que se ofreció en la Basílica de Guadalupe, el cardenal y secretrario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, enviado del Papa, pidió eliminar la desigualdad social, la pobreza, violencia y crimen organizado, la división por causas políticas, sociales y hasta religiosas para poner un fin a la polarización que existe en nuestro país y reconciliar a la sociedad.
“Estando aquí, ante la Emperatriz de las Américas, cómo no pensar también, al contemplar la barca sacudida por los vientos y las olas, en la situación que México, como muchos otros países latinoamericanos, vive desde hace muchos años: la desigualdad social, la pobreza, la violencia del crimen organizado, la división por causas políticas, sociales y hasta religiosas.
Un México que tiene necesidad de reconciliarse consigo mismo, de reencontrarse como hermanos, de perdonarse, de unirse como sociedad superando la polarización”, dijo.
En la homilía ofrecida en la Basílica de Guadalupe, el cardenal recordó la visita que el papa Francisco realizó en 2016, en donde hizo una oración silenciosa ante la imagen de la Virgen de Guadalupe, rezo que calificó como un diálogo intenso del hijo con su madre.
“El Papa transcurrió en oración silenciosa ante la imagen de la Virgen, un diálogo intenso del hijo con su madre, de un hijo que ha sido llamado a ser padre y pastor, y por esto tiene particular necesidad del sostén y la intercesión de aquella a quien proclamamos como Madre de la Iglesia y Reina de los Apóstoles”, dijo.
Orar para el fin de la pandemia.
El cardenal mencionó la situación que se vive por la pandemia de Covid-19 que ha hecho sentir la fragilidad humana y resaltó que la Iglesia católica ha estado para interceder por las personas.
“No podemos dejar de pensar en lo que estamos viviendo en nuestros días a causa de esta pandemia. Esta nueva realidad, que ha azotado al mundo entero, nos ha hecho sentir nuestra fragilidad humana, paralizando nuestras actividades, afectando nuestra salud y llenando de luto a muchas familias, ante la aparente ausencia de Dios.
En medio de tantas pruebas, la Iglesia, como familia de familias, ha tratado de estar cerca, de orar, de interceder por tantas personas heridas no sólo en su cuerpo, sino también en su espíritu”, subrayó.
(Información de Agencia El Universal)
AIC