Ciudad de México.- Después de que se volviera viral el video de una joven que solicitaba a sus compañeros de clase que le llamaran “compañere” y no “compañera”, algunos usuarios han criticado el lenguaje inclusivo. 

Hace unos días, Andra Milla, de 19 años de edad,se volvió viral por un video subido a la red social Tik Tok que muestra a la joven rompiendo en llanto durante una clase virtual.

El video sacó a un tema más profundo; el uso del lenguaje inclusivo, que las personas no binarias usan y con el que piden que se les identifique.

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Critican al lenguaje inclusivo, pero no por la RAE

Ante ello, una de las críticas al uso del lenguaje inclusivo fue que la Real Academia Española (RAE) no lo avala, pues en el 2020 emitió todo un informe al respecto, en el que lo señala de “innecesario y ajeno”.

Otras de las críticas al lenguaje inclusivo viene desde el feminismo. A pesar de que algunas feministas utilizan el lenguaje inclusivo, no todas están de acuerdo. En la actualidad, hay dos grandes ramas del feminismo: el liberal y el radical.

El liberal admite el lenguaje inclusivo y valida a las mujeres trans (nacidos como hombres biológicos, pero en transición) dentro de su movimiento.

Pero las radicales, entre otros aspectos, no incluyen a las mujeres trans como parte de su movimiento ni al lenguaje inclusivo, aunque sí utilizan palabras como “cuerpa”, “colectiva” y algunas palabras con “x”, no utilizan la “e” ni los pronombres neutros como “elle”.

¿Por qué las feministas radicales no avalan el lenguaje inclusivo?

El lenguaje inclusivo que propone llamar con pronombres y la terminados neutro o con “e” a algunas personas, algunas de las cuales se autodenominan como no binarias, provienen del movimiento LGBTTIQ+ y no al feminismo, por lo que para empezar las feministas radicales consideran que son luchas diferentes.

Mientras la teoría queer y el movimiento LGBTTIQ+ buscan derechos, espacios y otras luchas por las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y un amplio “paraguas”, las feministas sólo centran su lucha en las mujeres.

Pero una de las principales quejas que el feminismo radical hace actualmente sobre el lenguaje inclusivo es que “borran” a las mujeres. ¿Por qué? El lenguaje inclusivo llama a las mujeres que concuerdan con su sexo biológico y su género como “mujeres cisgénero” o “mujeres cis”, pero las radicales exigen ser llamadas simplemente mujeres.

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El tono de debate y molestia sube cuando la teoría queer llama a las embarazadas “cuerpos gestantes” o “personas menstruantes” a las mujeres durante su periodo, lo que consideran que es un “borrado de mujeres”.

Para las radicales los hombres que transicionan en su género sólo reproducen los estereotipos patriarcales que se le impone a las mujeres: usar tacones, maquillaje, cabello largo, lo que para ellas no definen a una mujer.

Yo no uso tacones, ni me maquillo, ni traigo el cabello el largo y eso no me hace hombre ni menos mujer”, asegura Mónica Martínez, politóloga y feminista radical, quien reprueba que las llamadas mujeres trans utilicen espacios destinados para mujeres, pues su socialización y físico permanece como las de hombres.

“Que no encajen con los estereotipos de género masculinos o no se identifiquen con lo que le gusta a la mayoría de los hombres, incluso si les gusta usar vestidos o maquillaje, no los vuelve mujeres. No es como que no encajas en esta casilla de hombre, entonces deber estar en la casilla de mujer”.

JK Rawling, TERF y el borrado de mujeres

Esto fue lo que pasó con la escritora JK Rowling, a quien incluso se le acusó de ser “TERF”, Trans-Exclusionary Radical Feminist que en su traducción literal al español significa “Feminista Radical Trans-Excluyente”, es decir transfóbica.

Acerca del concepto TERF específicamente, algunos medios y artículos especializados apuntan como su creadora a Viv Smythe, una activista que se identifica como mujer cisgénero y heterosexual y que escribió el acrónimo en su blog en 2008, según consigna BBC.

No tengo control sobre cómo otros usan una palabra que surgió simplemente para ahorrar escribir una frase más larga una y otra vez”, escribió Smythe en una columna de opinión en The Guardian en 2018.

Sin embargo, a las feministas radicales sí les parece un insulto y no sólo un acrónimo. Inclusive, consideran que llamarlas TERF es el nuevo “feminazi”.

Por ello, es que en la discusión del “compañere”, en que se ha hablado del lenguaje inclusivo es que muchas feministas radicales piden que así como las personas no binarias piden que se les respete sus pronombres a ellas ese mismo grupo no les llame “mujeres cis” y menos aún “TERFS”.

Si ellos exigen que se les llame como mejor prefieren, ¿por qué insisten en llamarnos a nosotras como ellos quieren?”, dice Mónica, quién también defiende que las radicales no odian ni buscan que se les quiten derechos a las personas de la comunidad LGBTTIQ+, “sólo son luchas distintas”.

Para las feministas radicales ceder el término “mujer” es la base de su lucha básicamente, pues las mujeres son su sujeto político y le rebaten a las “mujeres trans” que con la definición de mujer se nace, no se siente.

Y es ahí en donde se desencadenan todos los debates en los que se cruzan las acusaciones de “terf” y el borrado de mujeres.

Con información de Agencia EL UNIVERSAL 

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