A los 91 años de edad falleció el empresario, ganadero y agricultor Luis García Padilla. Conocido en la región con el peculiar apodo “El rey de la papa”, el señor Luis fue un pilar de la producción de este tubérculo, llegando a ser el mayor productor a nivel nacional en los años 80.
Nacido en el rancho “La Concha” del municipio de Ocampo, Guanajuato, el 31 de agosto de 1931, creció en una familia rodeada de cariño junto a sus padres y sus 7 hermanos.
Para ayudar a la familia a salir adelante y con la fuerza y tenacidad que lo caracterizó durante cada momento de su vida, comenzó a trabajar en el campo desde los 7 años y a los 14 decidió migrar a Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades.
Después de un año de arduo trabajo donde realizaba hasta 3 turnos por día, Luis García volvió a su país y con el impulso de conseguir un futuro mejor se inició en la comercialización de ganado.
Uno de sus nietos recuerda con cariño:
Él platicaba la historia de que una vez, conoció a una persona de la huasteca potosina y con sólo verlo, este le dijo ‘yo sé que tú me vas a pagar’ y le empezó a soltar muchísimo ganado, que él traía en trenes hasta el rastro municipal de León. Siempre fue un hombre muy formal y que atraía a la gente. Las personas confiaban en él y querían estar cerca suyo”.
Tras su triunfo en el ramo ganadero, Luis García persiguió una nueva inquietud: sembrar papas. Tras una buena cosecha a principios de los 80, su incursión en este ámbito despegó, llevándolo a convertirse en el mayor productor a nivel nacional de esa década.
Pero no todo en su vida fue trabajo, Luis García encontró el amor en Elba Ascencio Hernández, con quien se casó el 25 de octubre de 1959 y quien fue su mano derecha en la vida y en el trabajo. Juntos tuvieron 5 hijos: Luis Raúl, Dalila, Gustavo, Mauricia y Elba, quienes posteriormente los convirtieron en abuelos y bisabuelos.
El señor Luis García fue un trabajador incansable durante toda su vida y siempre buscó diversificarse. Se dedicó a los bienes raíces, fue consejero en bancos y un comerciante sobresaliente.
Su éxito en los negocios jamás lo hizo olvidar su sencillez y la importancia de apoyar al prójimo; fue él quien fundó el Parque Sur cerca de San Cristóbal, realizó innumerables actos altruistas para beneficiar a la Cruz Roja, las Madres Blancas y donó terrenos para escuelas como el Instituto Lux, la UNAM, entre otras instituciones.
Entre sus gustos personales se encontraba, además de trabajar, caminar, viajar , coleccionar antigüedades, su afición por el Club León y cultivar su vida espiritual. Esto último lo llevó a entablar una profunda amistad con el padre Patrick O’Conell, a quien veía como si fuera otro de sus hijos.
Un padre de carácter fuerte, recto y honesto, un abuelo cariñoso que inspiraba confianza e impulsaba el crecimiento de tu familia y un ciudadano intachable, es como el señor Luis García y su importante legado serán recordados. Descanse en paz.