La escena cultural de León, específicamente la comunidad teatrera, se encuentra de luto por el fallecimiento de Sandro Emmanuel Neri Jiménez, cariñosamente conocido como “El Abuelo”, reconocido técnico teatral y un ser humano profundamente querido y admirado por su familia y amigos.
El jueves 7 de diciembre el Abuelo se despidió de este mundo, debido a complicaciones posteriores a una cirugía cerebral.
El Abuelo nació el 6 de marzo de 1976, hijo de Juan Manuel Neri Velázquez y Aurelia Jiménez Tavares. Fue el segundo de cuatro hermanos y es recordado por su hermano Miguel Ángel como “Una persona muy buena gente, no tengo palabras, muchas personas lo querían”. Sandro unió su vida a la de Fátima García, con quien tuvo al pequeño Santi.
Una vida dedicada a las artes
Desde muy joven, el Abuelo comenzó a relacionarse con un grupo de artistas en el centro de la ciudad con los que tuvo varios proyectos a lo largo de su vida.
Entre sus grandes amigos y compañeros de escena se encuentran Diana Karenina, Bertha González, Candelario Andrade y Armando Holzer, por mencionar algunos.
Todos juntos formaron parte de la compañía de teatro “San Banquito” a inicios de los años 2000 y fue ahí donde muchos de ellos tuvieron la oportunidad de trabajar más de cerca con el Abuelo.
“En ese entonces no sabíamos mucho de cuestiones técnicas de teatro y el Abuelo era ingenioso, brillante. Se lleva un gran reconocimiento por todas sus contribuciones al teatro, pero su personaje va más allá. Él fue punk antes de que los punks lo fueran, fue hipster antes de que los hipsters lo fueran. De manera sencilla, era la persona más cool y hacía que los demás a su alrededor se sintieran los más cool, los más brillantes”, recuerda Candelario Andrade.
“Él con sus habilidades, su ingenio, lograba hacer todo lo que necesitábamos; la iluminación, escenografía y montajes”, mencionó Diana Karenina Téllez.
“A medida que crecían nuestras necesidades en iluminación, él fue creando su propia manera de iluminar los trabajos. Fue siempre un elemento que aportó mucho en lo creativo y en lo personal, porque además él sumaba humor y ternura a todos los procesos de trabajo”, comentó Armando Holzer.
Sandro Neri también es muy recordado por su autenticidad y su gusto por la música. “Tuvo mucha afinidad por la música eléctrica y el punk, pero también le gustaban los ritmos de diferentes lugares.
“Él era muy agradable, le gustaba hacer bromas, pero sin perder seriedad cuando el tema lo ameritaba, era muy difícil verlo enojado. Saber la noticia fue súper triste, es como si se nos fuera una alegría que existía para todos los que lo conocimos”, expresó su amigo Francisco (Paco) Loza.
Los restos del querido Abuelo descansan en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, pero su recuerdo permanecerá iluminando la vida de quienes compartieron con él proyectos, escenarios e incluso una palabra. Descanse en paz.