Con amor, admiración, orgullo, nostalgia y como un gran ejemplo a seguir, es como sus familiares recordarán a Rodolfo Durán Ruiz, quien fue el director general de La Favorita, empresa de vinos y licores.
Rodolfo nació el 04 de septiembre de 1940 en León, Guanajuato, fue hijo de Consuelo Ruiz y de J. Refugio Durán, fundador de La Favorita en 1931.
Desde niño Rodolfo se integró al comercio, y aunque tuvo cinco hermanos, fue el único que continuó con la tradición y el legado de su papá.
Con el paso del tiempo Durán Oñate se convirtió en un reconocido y destacado empresario y comerciante, inició las ventas de vino a consignación y en centros de consumo.
Rodolfo se casó con Leticia Oñate Torres y procrearon cuatro hijos: Claudia, Rodolfo, Archi y Adán Durán Oñate.
Su hijo Rodolfo Durán Oñate mencionó que las cosas que más disfrutó su papá en vida fueron estar con su esposa y con su familia, trabajar, escuchar música y vivir al máximo cada momento.
Agregó que su papá fue una persona que se entregaba a los demás, siempre con la vocación de servir y de brindar infinitos buenos momentos a familiares y amigos.
En la familia fue muy amoroso, de extraordinario trato, bromista, alegre, muy feliz ante la vida, de gran agilidad y agudeza mental, responsable, serio ante su palabra, visionario, tomador de riesgos y ejemplo de esfuerzo y tenacidad”, comentó su hijo Fito.
Su esposa Leticia Oñate Torres lo definió como un extraordinario esposo, muy amoroso y como el mejor compañero.
Sus cuatro hijos coincidieron en afirmar que fue el mejor padre, ejemplar, cariñoso y protector.
Fito Durán destacó que su papá se entregó tanto a la empresa que la hizo crecer y la posicionó.
Gran parte de la visión que tiene actualmente La Favorita es gracias a la visión de mi papá quien fue el director general hasta el 07 de noviembre de 2024, cuando falleció a los 84 años de edad”.
A don Rodolfo Durán Ruiz le sobreviven su esposa, sus cuatro hijos y nueve nietos quienes siempre lo recordarán y amarán con todo su corazón, honrarán su legado de unión familiar, servicio, generosidad y perseverancia, así como de atención al cliente ya que su lema siempre fue: “Si no vives para servir, no sirves para vivir”.
Estamos muy tristes, pero infinitamente agradecidos con Dios por el tiempo que compartimos juntos en esta vida, despediremos a mi papá como él hubiera querido, de la mano de Dios, con un triduo de misas y acompañado de su familia y amigos”, concluyó Fito Durán Oñate.
MGL