Dicen que próximamente van a tener que darle a González Inárritu su propia fila de lugares en el teatro Dolby, porque ahora que lo han vuelto a nominar su ego es tan grande que ocupa demasiado espacio. Además las oportunidades de volver a ganar son muy altas, realmente El renacido (The Revenant) es de lo más sobresaliente que hubo el año pasado. Para mí el 2015 no fue un periodo de grandes filmes, muchos crearon altas expectativas, pero al momento de verlos en el cine no pasaron de mediocres. Honestamente, en cuanto a El Renacido, no sabía qué esperar, no fue de las películas que más llamaron mi atención, pero por otro lado, Birdman fue excelsa, tanto, que logró cambiar mi perspectiva de Iñárritu (quien a mi parecer sólo sabía hacer dramas forzados). Aunque El Renacido es otro dramón, la diferencia está en que el protagonista Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) no se queda a sufrir las injusticias de la vida, al contrario, se levanta y decide enfrentar al hombre que lo agravió.
La historia está ambientada en el siglo XIX, cuando Estados Unidos se encontraba expandiendo su territorio y contrario a lo que muchos piensan, los personajes en su mayoría existieron, pero digamos que Mark L. Smith e Iñárritu (los guionistas) se tomaron ciertas licencias para hacer más interesante la lucha de Glass por sobrevivir. Pocos hombres en esos tiempos continuaban con vida después del ataque de un oso, Glass fue uno de ellos y registró este hecho en sus memorias. Tal como sucede en el filme, sus cuidadores lo abandonaron a su suerte, pero la película de Iñárritu va más allá, se trata de una historia de venganza, en la cual Glass lucha por derrotar a la naturaleza y a cualquier situación adversa que se le presente, porque su compañero John Fitzgerald (Tom Hardy) mató a su hijo. Se llama El Renacido porque el protagonista está constantemente cerca de la muerte y cuando parece que en efecto, su destino ya ha concluido, vuelve a levantarse sólo para enfrentarse a un mundo completamente salvaje e injusto en donde “el creador” elige quién vive y quién muere.
Como todo filme de Iñárritu la fotografía es uno de los aspectos que más sobresalen y Emmanuel Lubeski de nuevo hace un gran trabajo. Él nos deja ver un mundo tan grande, tan bello pero a su vez tan desolador por momentos. Los bosques verdes cubiertos de nieve, las cascadas, el cielo brillante lleno de estrellas, son paisajes cada vez más difíciles de apreciar en la actualidad con el crecimiento desmesurado de las ciudades. No obstante, cada escena es impresionante, ya que nos muestra lo pequeño que es el hombre frente a la naturaleza.
Por otro lado también están las actuaciones, las cuales son soberbias en el caso de DiCaprio y Hardy. Éste último ya nos había mostrado en Mad Max que no necesitaba de muchos diálogos para expresar lo que estaba sintiendo, con el Renacido, DiCaprio toma ese lugar y a base de gestos y movimientos corporales nos narra su tragedia, sus miedos y su lucha por continuar respirando. Hardy en cambio, aquí sí tiene mucho que decir, conforme avanza la trama su personaje se hace cada vez más despreciable, convenciéndonos de su racismo, egoísmo y falta de compasión, producto de un mundo violento. No sé si Hardy se lleve el Óscar como Mejor Actor de Reparto, yo creo que es el más alto contendiente en ese grupo, sin embargo de lo que sí estoy segura es que este año la estatuilla para Mejor Actor sí va a irse a casa con DiCaprio.