Alumbramientos desde el calabozo (Del Manantial, 2013) de Mariano González-Leal Messina es un libro de cuentos y otros textos de reflexión estética y metafísica. Su historia es más o menos la siguiente. Mariano conoció al editor José Luis Rangel González (q.e.p.d) en torno a los libros, presentado a él por otro escritor guanajuatense que también ha frecuentado el género del terror: Bernardo Monroy. Se unió a la compañía del editor en tertulias y pláticas en bares alrededor de la poesía y la música. Al abrirle Mariano su corazón hacia los “territorios infernales” de su vida, el editor quedó impresionado, trabándose entre ambos una amistad sincera. Luego de varias conversaciones, nació la idea de publicar en conjunto un libro con los textos de Mariano, lo cual se logró luego de un camino azaroso, de circunstancias imprevisibles. El libro, una vez terminado, se presentó, pese a condiciones adversas, en la Feria Internacional el Libro de Guadalajara 2013.
Los relatos de este libro son góticos. Tienen como escenarios los cementerios, los tugurios y otros lugares decadentes. Las páginas son habitadas por mujeres terribles, personajes grotescos, vampiros, locos, súcubos, asesinos, errabundos, demonios, esqueletos, condenados. Como su autor lo comenta, “el libro está inspirado en la obra de autores simbolistas y románticos, como Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Poe, Le Fanu, Hoffmann y Gautier; pero también en escritores como Giovanni Papini o H.P Lovecraft. Podría mencionar, entre algunas obras que me han marcado y que me han servido de inspiración, a Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe, Las flores del mal de Charles Baudelaire o El Diablo de Giovanni Papini. Otro autor que me ha influido mucho, y que es mexicano, es Rubén Marín; aunque, independientemente de las lecturas que me han servido de base para crear Alumbramientos desde el calabozo me he inspirado también en múltiples vivencias y anécdotas personales.”
Para Mariano, esta literatura maldita, más o menos al margen de los cánones de la sociedad, “ahonda en el desgarro del alma mediante la sublimación del dolor”, con sus temas típicos “que a veces son incómodos para las llamadas buenas conciencias.” Mariano encuentra entre la literatura y el dolor una relación muy estrecha. “No se puede escribir con honestidad si no hay algo de sufrimiento en nuestros corazones. Por supuesto que no todos los temas literarios son dolorosos, pero la literatura muchas veces es una válvula de escape para desahogar ciertos pesares que el escritor sufre de modo velado e íntimo, y que sólo pueden expresarse con eficacia mediante el lenguaje literario y poético.”
Mariano es un gran lector y aprecia mucho la pintura, prefiriendo aquella cuyo tema es el mal, lo siniestro, el Diablo. Mariano dice en su libro que creció con el Diablo en el pecho, que ya lo intuía desde niño con toda la fuerza de su ingenuidad. Confiesa que lo admira, y que le tiene un temor reverencial. El Diablo para él es sabiduría. Es belleza. Es emoción. La bondad de Mariano radica en amar al Diablo. (Dios es demasiado grande, y no puede ser abarcado: no puede ser abrazado. “Y a veces Dios asusta más que el Diablo”.)
Mariano ha sido articulista en Milenio de León y El Heraldo de León. Actualmente recopila varios artículos que ha publicado en dichos periódicos, así como en la revista Tirofijo, para reunirlos en un tomo. También tiene planeado dar a conocer algunos poemas. Alumbramientos en el calabozo puede pedirse directamente en Ediciones del Manantial (consultar su página de Facebook), pero también se puede adquirir en las ferias del libro en las que existe representación de la literatura guanajuatense a través del Fondo Guanajuato. De dicho libro les recomiendo el cuento “Retrato de un glotón”. ¿Que de qué trata? Ya verán.
regresoalestadodegracia@
hotmail.com