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ntre los filmes nominados al Óscar hay 2 de ellos que pueden convertirse en más que un dolor de cabeza para González Iñárritu quien ya casi está celebrando su segunda estatuilla como mejor película. Ambos son sumamente controversiales pero bastante profundos, a diferencia de “El renacido” (The Revenant), “En primera plana” (Spotlight) no tiene tomas panorámicas hermosas ni soberbios sueños que tengan que ser expresados con una fotografía maestra como la de Lubezki, pero es más humano y real para la gente de este siglo. En cambio “La habitación” (Room), nos enfrenta al problema del conocimiento, otro filme que reta nuestras fibras más sensibles ante el drama de un niño y su madre luchando por su libertad.
La más fuerte contendiente es “En primera plana”, la cual entre los premios de cine independiente ha salido victoriosa como mejor película y mejor elenco. Ésta nos narra un tema que muchos han querido esconder: los crímenes de pederastia del clero. En inglés se llama Spotlight porque ese es el nombre de la sección del periódico que investigaba temas de interés para la comunidad de Boston, más cuando al grupo de periodistas encargados de esa área les mandan investigar sobre un delito de abuso de un sacerdote, al principio lo hacen renuentemente y poco a poco se van dando cuenta que han abierto una caja de Pandora. “En primera plana” nos confronta ante el sufrimiento de las víctimas y de aquellos que intentan rescatar su historia; nos expone como son amenazados, tachados de locos y excluidos de la sociedad por la simple razón de buscar justicia. Y lo peor de este hecho real está en el número de sacerdotes que cometieron estos crímenes y la cantidad de dinero derrochada para que no salieran a la luz.
Por este trabajo los reporteros de Spotlight se ganaron el premio Pulitzer, el más alto galardón para un periodista y al Vaticano no le quedó más remedio que aceptar que en efecto todos estos crímenes sucedieron e incluso apoyaron a esta película por mostrar de una forma comprometida y honesta los eventos que ocurrieron en Boston. En cuanto a las actuaciones, no me parece que haya alguna que sea completamente memorable excepto por Stanley Tucci, quien interpreta al abogado de las víctimas, pero extrañamente ni siquiera está nominado al Óscar.
Sobre el caso de “La habitación”, creo que es una de las películas más emocionales de este 2015, ya que estamos viendo la historia de una madre joven que lleva 7 años encerrado en un cuarto y que además tiene un hijo de 5 años producto de la violación sufrida por el hombre que la tiene secuestrada. Pero éste no es el tema central de la película, sino como concibe el mundo el pequeño Jack (Jacob Tremblay), quien no conoce más que esa habitación. Cree que todo lo que observa en la tele es fantasía y que sólo son reales él y su madre, posiblemente también el viejo Nick, el secuestrador. Sueña con tener un perro aunque no sabe exactamente qué es, hasta que un día se topa con un ratón y de ahí en adelante tiene que confrontarse con la idea de que afuera del cuarto hay un montón de cosas que él jamás ha visto en su vida. Desde entonces Ma (Brie Larson) tiene que convencer a su hijo por salir, pero él renuente quiere permanecer en donde están porque tiene miedo de aquello que le es desconocido. Las actuaciones tanto de Larson como de Tremblay son desgarradoras, debido a que el filme nos enfrenta ante la impotencia de vivir sin realmente hacerlo y de luchar por sobrevivir.