En nuestra sociedad es muy común escuchar, leer, ver y hasta decir la frase “hacer el amor”, incluso es algo que me refieren muy comúnmente al sugerir tener relaciones sexuales.
Tan común es la frase que, se considera cualquiera entiende a lo que se refiere y pues por su uso habitual y comercial, así es. Además, es una manera muy aceptada socialmente para referirse a la actividad sexual y también, el mejor gancho emocional que se puede encontrar.
Me queda claro que existen reglas sociales para hablar y que en nuestro medio no son bien recibidos ciertos términos, por lo que también se utiliza “tener sexo”; ahora bien, en la actualidad, las relaciones sexuales están siendo consideradas con más pertenencia al ser humano, como parte de su diario vivir, por ello se solicita que hablemos de ellas y de la sexualidad con naturalidad, incluyéndolas en el repertorio de vida y sacándolas del secreto, del tabú, lo que implica hacer referencia a cada situación por su nombre y eso incluye, las actividades, es decir, hay que comenzar a llamarlas tal cual “relaciones sexuales, con o sin coito” y según sea la práctica de tu preferencia también decirle por su nombre.
Por otro lado, menciono que es un gancho emocional puesto que los seres humanos necesitamos por naturaleza ser amados y en esta época (y siempre), en que hace tanta falta esa parte, a través de las relaciones sexuales también las personas buscan, aunque sea por un rato, sentirse amadas, aceptadas, no enjuiciadas, recibidas, confiadas, admiradas, deseadas, importantes y cuando alguien dice “vamos a hacer el amor”, inmediatamente se puede llegar a considerar que eso será, una entrega absoluta en cuerpo, alma, espíritu, emoción y todo lo que su persona y corazón anhelan.
Si consideras que esta es una visión muy romántica, no es la intención, la verdadera intención es que reconozcas desde muy dentro de ti y sientas que es lo que brota de tu parte más íntima, tan privada, no reconocida públicamente y te des cuenta si esa necesidad está presente, aunque pretendas negarla, es propia del ser humano, por muy liberal y libre de ideologías que quiera presentarse, se es humano y no hay más.
Con ello, no pretendo que la hagas pública y te consideres partidario(a) del amor romántico, ese sí, es un cuento y su existencia se concentra sólo en la etapa del enamoramiento o limeranza, lo que viene después es la realidad o la consolidación del amor verdadero que dista mucho de los cuentos de princesas y príncipes.
Lo que pretendo es que, si es importante referirnos por el nombre de las situaciones en sexualidad, también lo es hacerlo a la intención que se tiene al tener un contacto físico en pareja y con ello, ser honesto(a)s, develar la verdad de la intención y vivir las experiencias que se desean sin “tener que” mentir para conseguir hacerlo.
Del mismo modo, se tendrá consciencia de para qué se aceptan y se piden, buscando ir con mayor realidad y evitar exponerte al dolor emocional que se llega a causar y/o vivir cuando se termina el momento, esa parte de la historia y “la realidad sopla y el castillo se desvanece”.
El autoengaño es una herramienta que usa el ser humano para evitar enfrentarse y confrontarse con la realidad de su vida, vivencia, anhelos, necesidades, errores, falsas creencias, etc., de igual manera que le lleva a evitar contactar consigo mismo(a) y a disfrutar de la vida.
Más bien habrá que preguntarse ¿qué significa para ti, hacer el amor? Ya que cada persona tiene sus propios deseos, necesidades, sueños, fantasías, cuando la menciona y comenzar a “hacerte el amor” a si misma(o) antes de pedirle a alguien más que lo haga o que finja que lo hace.
La siguiente ocasión que tengas un contacto sexual reconoce si te vas a hacer, le vas a hacer, se van a hacer el amor juntos o si simplemente van a tener sexo o relaciones sexuales y el placer efímero que éstas proveen, ya que cada acción y su intención son parte de tu construcción o destrucción emocional como persona.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *